Uniformados que llegaron al sitio de la ejecución de Javier Franco Hernández, quien recibió tres impactos de bala, uno de ellos fue el tiro de gracia

En un presunto ajuste de cuentas, al parecer del narco, dos sicarios ejecutaron a balazos al restaurantero Javier Humberto Franco Hernández, de 48 años de edad, y después huyeron con rumbo desconocido a bordo de lujosa camioneta cerrada color blanca en la que llegaron expresamente para cumplir con el encargo.

La camioneta fue grababa por las cámaras de videovigilancia, se movilizaron los cuerpos policíacos y fue detenida poco después cuando retornaban a Playa del Carmen, en el retén de Teya por el grupo especial Goera.

La ejecución ocurrió en el interior del restaurante “Ina Beach” ubicado en la calle 20 con 17 de la comisaría de Chicxulub, a unos metros del acceso al muelle de pescadores. Los sicarios habrían realizado siete disparos, tres balazos impactaron en el cuerpo de Javier Franco y uno fue un tiro de gracia. Dos disparos fueron al aire para asustar a un grupo de seis comensales que estaban en el interior del restaurante, quienes salieron despavoridos, asustados y temerosos que les disparen.

Testigos comentaron que otros dos balazos fueron para dos personas, al parecer pescadores que estaban en la playa, que presenciaron cuando los dos sicarios salían del restaurante por el lado de la cocina y corrieron para abordar la camioneta que los esperaba con el motor encendido.

Lo esperaban

El violento crimen que sacudió a Chicxulub Puerto, ocurrió minutos antes de las 12 del día, de acuerdo con versiones de testigos, una camioneta color blanca con placas de Quintana Roo, llegó circulando por la calle 20 y estacionó a la entrada del restaurante “Ina Beach”.

Minutos antes llegó Javier Franco a bordo del Dodge, placas UVH- 007-E, estacionó y entró al restaurante con las compras que hizo. En el interior además de los meseros, cocineros, esposa y dos hijas del ahora occiso, estaban seis clientes que apenas comenzaban a consumir.

El restaurante, como de costumbre abrió a las 11 de la mañana, al poco rato entraron los seis clientes, una familia, que pidió ceviches y pescado frito.

Llegan los matones

Minutos antes de las 12 horas llegó la camionera blanca con placas de Quintana Roo, de donde bajaron dos tipos altos que vestían camisas de manga larga color blanco y pantalones mezclillas.

La camioneta dio vuelta al poniente y estacionó en la calle 22 con 17, el conductor mantuvo el motor en marcha, lo que llamó la atención de bañistas.

Los dos presuntos sicarios jóvenes, quienes no tenían cubierta la cara, entraron al restaurante e hicieron dos disparos al aire, lo que escuchó una de las dos hijas de Javier Franco, quien gritó “están armados papá, papá están armados”.

Testigos narran que uno de los dos tipos apuntó con la pistola a la joven, mientras que el otro matón ubicó a Franco Hernández, quien intentó correr, pero fue abatido a tiros: una bala le perforó el corazón, otro le entró en el abdomen por el lado derecho. Uno de los sicarios, cuando salían por el lado de la cocina que da a la calle 17, le dio un disparo en la nuca a Javier Franco.

Los dos asesinos corrieron hasta la camioneta que los esperaba, pero que antes hicieron otros dos disparos contra dos personas que estaban en la playa y los vieron salir de prisa.

En el vehículo a toda velocidad llegaron a la calle 19 con 22, doblaron al oriente hasta la 16 y enfilaron al libramiento para salir de Chicxulub donde huyeron con rumbo desconocido, pero poco después se montó un operativo para dar con ellos.

Javier Franco vestía bermuda blanca y playera azul, según comentaron quienes lo vieron llegar a su restaurante, quedó tirado en la puerta que da a la cocina por la calle 17, donde una de sus hijas o esposa lo abrazó y acariciaba en medio de su desesperación y llanto.

Nada qué hacer

El restaurantero falleció en los brazos de su familiar. Minutos después llegó una ambulancia de la SSP, pero los paramédicos ya no pudieron hacer nada. También llegaron agentes de las policías Municipal y Estatal, quienes acordonaron el área con cintas amarillas.

Una persona estacionó un Jetta frente donde quedó el cuerpo tirado y otras personas colocaron un toldo para cubrirlo del sol.

Las detonaciones que se escucharon en el centro de Chicxulub y la noticia del asesinato corrió como reguero de pólvora en esa comisaría, numerosas personas acudieron al lugar para averiguar lo que había ocurrido.

Pescadores comentaron que don Javier, como conocían al ejecutado, era una persona tranquila, amable que se llevaba con los habitantes, incluso les dio trabajo e invitada a las cervezas, por eso les extrañó que lo hayan asesinado, pero… “no sabemos que cuentas tenía pendientes en Playa del Carmen”.

Javier Humberto Franco Hernández, según los reportes policíacos, era originario de Chetumal, pero trabajó como taxista en Playa del Carmen, Quintana Roo. Llegó a Chicxulub Puerto hace como seis meses y rentó el restaurante “Ina Beach”.

La camioneta en la que huyeron los asesinos, fue ubicada por medio de las cámaras.

La vieron transitar por el libramiento y enfilarse al parecer en la carretera Chicxulub Puerto-Chicxulub Pueblo. Al pasar por el retén de Teya, agentes del grupo Goera detuvieron el vehículo y a 4 involucrados en el crimen, 3 hombres y una mujer, 2 oriundos de Veracruz y 2 de Quintana Roo y fueron puesto a disposición de la Fiscalía y podrían alcanzar 40 años de cárcel.

Un hecho similar

La ejecución del chetumaleño recuerda el asesinato de Julio Solís Pool, “Canalla” quien fue asesinado a balazos en la puerta de su casa el 5 de marzo de 2015.

Dos asesinos llegaron en moto a la casa de Solís Pool ubicado en la colonia Francisco I. Madero y lo abatieron a tiros. Los asesinos huyeron en la moto, pero chocaron contra una camioneta y detuvieron a uno de ellos.