Mauricio Sahuí se se dijo optimista de cara a los años venideros. Yucatán camina en la dirección correcta, afirma convencido y desliza el mensaje de que toca ahora consolidar avances conseguidos.

Nos acercamos al final de una buen platicada de casi tres horas, a lo largo de las cuales el candidato del PRI, PVEM y Panal a la gubernatura chismeó cuáles serán sus compromisos con los yucatecos en caso de ser elegido. Sahuí Rivero hace un diagnóstico del mercado laboral yucateco y revela su fórmula para la construcción de mejores empleos.

La situación de Yucatán es compleja: poca desocupación, pero bajos sueldos. ¿Coincide su visión con esto?

¿Cuáles son las cifras que tenemos hoy en ese tema? Con 1.7%, somos la tercera entidad con menor desocupación del país. Según datos del Seguro Social, en el indicador de sueldos y salarios pasamos del lugar 30 en que estábamos en 2007 al sitio 26 en 2012 y a la posición 18 en 2017. ¿Qué hay que hacer para que crezca el mercado laboral y mejore el ingreso familiar? He ofrecido en la campaña 100,000 nuevos empleos formales mediante un plan que contempla acciones concretas, probadas. No es el gobierno el que genera directamente los empleos, sino que desde una posición de colaboración lo hace con el trabajo del empresariado. Tenemos entonces que ser facilitadores de la labor del sector privado, estimular la inversión, crear las condiciones económicas y de fomento para que las empresas produzcan más empleos y de mejor calidad.

¿Por dónde empezar?

Por mantener el rumbo de la economía. En los últimos cinco años Yucatán ha crecido por arriba del promedio nacional, lo que se refleja en áreas económicas que marcan la ruta a seguir. En el sector industrial vemos a grandes grupos que se están instalando y atrayendo nuevas inversiones o lo que están haciendo empresas como Kekén, Bachoco, Vidrios Millet, que lideran sus mercados. En el campo también están surgiendo oportunidades en el sur y oriente del Estado gracias a que la incursión de nuestros productos en los mercados internacionales hace crecer la industria agropecuaria. En el sector servicios, donde está nuestra mayor fortaleza, también es perceptible un crecimiento en el comercio, en los servicios médicos, educativos, financieros y particularmente en el turismo. Y por último, con la Zona Económica Especial se abre un abanico de nuevas oportunidades en temas de innovación y de Tecnologías de Información.

La seguridad tiene un papel clave, ¿no es así?

Es lo primero. No son pocas las empresas que vinieron porque en otras partes pasaron por circunstancias ligadas a la violencia. Tenemos que cuidar la seguridad, es un tema estratégico, pero además tenemos que mejorar la infraestructura, apostarle a la mejora del puerto de altura, de sus muelles, a un mayor calado —llevarlo de 9.5 a 14 metros— para aumentar nuestra capacidad de 1,500 a 5,000 contenedores. También es indispensable mejorar la conectividad, hacer que nuestra infraestructura carretera ayude a detonar no sólo a Yucatán, sino a la Península y al Sureste. Otro punto relevante es garantizar el abasto del gas natural, esencial para ser competitivos. También es indispensable seguir con la modernización del tren. Si somos capaces de crear esta unidad de propósitos —seguridad, mejora de infraestructura, abasto de energéticos a bajo costo y fortalecimiento de capital humano—, las empresas yucatecas y las que vienen de fuera podrán progresar y contratar mano de obra yucateca. Con esto seguramente las condiciones de empleo y de salarios mejorarán en la entidad.

¿Está considerando la generación de empleo en el Interior?

Desde luego. En nuestro proyecto tenemos un Atlas de Inversiones Productivas, que permite ver que hay grandes oportunidades para todos. Visité hace poco la empresa Vertical, que maquila famosas marcas de ropa deportiva, compitiendo contra monstruos asiáticos y latinoamericanos y dando cuenta de la magnífica mano de obra que hay en Yucatán. Como esta hay otras en materia agroindustrial que están trabajando en el Sur para diversificar las opciones laborales de nuestra gente. En materia turística tenemos grandes oportunidades… es decir, las vocaciones económicas del Estado tienen que estar ligadas al Atlas de Productividad para saber dónde nos encontramos y cómo colaboramos para crear un entorno en el que estas empresas sigan creciendo.

¿Ya tiene el cómo?

Insisto, tenemos que apostarle a la inversión productiva. Construir infraestructura como parte de un plan que acompañe la inversión privada, un poco lo que sucedió con el Centro Internacional de Congresos: en una actividad que demanda mayores capacidades, el gobierno hace una inversión de gran magnitud que de manera inmediata se acompaña de inversión privada, lo que le da un sentido lógico al gasto, genera empleos y permite mejoras en la zona. Esto mismo se puede hacer en el interior con el cultivo de maíz, soya, sorgo, de hortalizas y cítricos, con la producción de ganado, de cerdo pelón, con las granjas acuícolas, con el turismo. Si dotamos de esas capacidades, mejoramos la conectividad, creo que podremos llevar empleo hasta donde lo están demandando.

¿Tiene algún proyecto de empleo para sectores vulnerables como madres solteras, personas con discapacidad, adultos mayores?

Estamos en el diseño de un plan de incentivos fiscales para las empresas que empleen a personas en estas circunstancias. Además, como lo he hecho ya, ofreceremos incentivos preferenciales para estas personas. Tuve la oportunidad de generar créditos sociales exclusivamente a mujeres, con preferencia a mamás solteras, a quienes tenían varios hijos a su cargo o algún hijo con discapacidad. Noté en esa tarea que cuando a las mujeres se les da la oportunidad de un crédito a bajo costo la motivación de sacar a los hijos adelante es la mejor garantía.