Imagen de referencia

Don Benedicto terminó en el hospital después de que un perro muerto estallara en su cara y los gusanos entraran en su boca, oídos y ojos.

Resulta que en los patios de una empresa de hilos, ubicada en la colonia Obreara, el olor a podrido era intenso por lo que descubrieron que el aroma venia del pozo.

Al revisar el pozo se percataron de que se trataba de un perro muerto, ya en descomposición.

Benedicto se metió al pozo para sacar el cadáver, pero no esperaba que este explotara justo en su cara.

Debido a la explosión del cuerpo en mal estado, los gusanos  se regaron por todas partes, el hombre entro en pánico.

El señor fue trasladado al hospital ya que los gusanos se le metieron al oído, los de su boca terminó tragándoselos por su desesperación.

Te puede interesar:
Se enferman de meningitis en el o´hran