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“Si no te lo entrego hoy, no me pagues”, dijo un “x ’men” de Kantunil que llevaron para encontrar a José Couoh Can, (a) “Tos”. Y su cadáver fue localizado horas después. El miércoles a las 5 de la tarde Couoh Can cumplió cinco días de extraviado en montes de la exhacienda henequenera de San Antonio Puhá, al sur de Cacalchén.

Trabajaba en un terreno de esa zona y una res se le escapó, la persiguió pero la perdió de vista y luego ya no regresó del monte. Se perdió el viernes 14 a las 5 p. m.

Se dice que no aparecía pues los montes fueron “curados” por un sacerdote maya para que un “mal viento” afectara a quien entrara sin permiso y no saliera vivo.

De hecho, dos fotografías que se tomaron anteayer por la tarde durante la búsqueda se viralizaron en redes sociales. De acuerdo con el autor de las impresiones, tomó las fotografías para enviárselas a un compañero que luego entraría al monte a apoyar en la búsqueda, pero no se fijó de lo que capturó sino hasta que las revisó: una silueta oscura aparece en dos de las impresiones.

Muchos se quedaron impresionados y comentaron que se trata del dueño de los montes, ya que esos terrenos fueron “curados” y por eso se suscitaban eventos paranormales que complicaban la búsqueda de “Tos”.

Para los escépticos, las sombras de los árboles forman siluetas; para los creyentes era un ente maligno que acechaba a todo aquel que se adentraba en los montes en busca de “Tos”.

Lo cierto es que ayer a las 12:30 de la tarde fue localizado el cuerpo en terrenos del rancho “Cholul”, cuya entrada está en el kilómetro 5 más 200 de la vía Cacalchén-Hoctún, donde luego hay que avanzar 600 metros de camino de terracería.

Como el “x’men” dijo a los buscadores, el cadáver fue hallado dentro del monte, tres kilómetros al sur, cerca de un árbol de laurel donde antes se fundó otra exhacienda henequenera.

Se dice que esos terrenos son peligrosos porque, además de estar “curados”, es lugar de serpientes venenosas como la cascabel y la “huolpoch”.

Sobre el occiso, vivió con una mujer con quien tuvo un hijo; fue abandonado por sus constantes borracheras; era empleado del rancho del exalcalde Eiter Vázquez Sosa.

Vivió en la calle 26 entre 17 y 19 con su tía paterna, quien lo creció como si fuera su hijo y se preocupó los días en que no se supo nada de él.

Se dice que al terreno donde se extravió nadie entra sin permiso; unos cazadores furtivos entraron y dos fueron heridos, uno murió; ante eso, nadie se arriesga a entrar así nada más a esa zona.

Para la búsqueda, las autoridades municipales contrataron a tres “x’men” para contrarrestar lo “curado” del terreno, pero fallaron; una cuarta persona pidió $14,000 por adelantado, pero como le dijeron que hallara primero al extraviado y luego le pagaban, no acepto.

Ayer, a las cinco de la mañana llegó otro “x ’men”, éste de Kantunil, quien les anticipó: “Si no te lo entrego hoy, no me pagues”, pero pidió que a la hora del ritual no estuvieran cerca personas que no creían en lo que iba a hacer.

Le dieron todo lo que pidió y al terminar dijo que “Tos” aparecería en siete horas, siete días o siete años; horas después se halló el cadáver.

Hubo no creyentes sorprendidos, como un bombero de religión cristiana que al entrar al monte “curado” se llevó la sorpresa de que su brújula giraba sin señalar los puntos cardinales; al salir al camino volvía a funcionar. A las 17:15 horas llegó el Semefo para el levantamiento del cuerpo.