Desde hace cuatro semanas Yucatán es el estado que mayor crecimiento de casos de infuenza reporta en todo el país, con su mayor “pico” en los primeros días de julio.
En los registros del Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica (Sinave) se indica que hasta la semana epidemiológica 27 —con corte al 7 de julio— se tenía el reporte de 110 casos de influenza en Yucatán, 52 de ellos —casi la mitad— del 1 al 7 de este mes.
Los datos no coinciden con los que dio a conocer ayer el sector salud de Yucatán. Como señalamos en nota aparte, en rueda de prensa se indicó que hasta la semana epidemiológica 28 —una más avanzada que el reporte del Sinave, aunque se dijo que abarca hasta el 12 de julio, sólo cinco días más que el informe nacional— se habían confirmado 92 casos positivos de influenza en Yucatán, de un total de 998 estudiados, con cuatro personas muertas. De los 110 casos que aparecen en el último boletín semanal del Sinave, 46 corresponden a hombres y 64 a mujeres. No a todos los sospechosos se les hace la prueba de confirmación. Por tanto, el número de enfermos reales sería mucho mayor.
Con sus 52 casos oficialmente reportados del 1 al 7 de julio, Yucatán se ratifica como el estado más castigado por la enfermedad en lo que va de este año.
Detrás aparece Quintana Roo, con 65 pacientes confirmados durante este calendario, 16 de ellos en la primera semana de julio.
En los demás estados se reporta baja incidencia de casos diagnosticados de influenza. Sin los 52 de Yucatán y los 16 de Quintana Roo, los demás estados parecen no tener muchos problemas con ese padecimiento en estos días.
Para tener una idea de la baja incidencia, detrás de los estados peninsulares se ubica Veracruz, con sólo cinco casos confirmados en la última semana del reporte.
Hay 22 estados que ni siquiera tienen estadísticas de pacientes con influenza atendidos en la última semana.
La situación de Quintana Roo cobra relevancia por la actividad turística en esa entidad, más aún que está en curso la temporada alta de vacaciones de verano. En Yucatán han resultado favorables las vacaciones escolares, pues al no presentarse los estudiantes a las aulas —sobre todo los del nivel básico— se ha reducido el riesgo de transmisión del padecimiento.
Hay dependencias e instituciones oficiales que han tomado sus propias precauciones, como el uso de gel antibacterial.
En el Cendi 1 del Isstey, que se ubica en la calle 59 entre 36 y 38, el personal decidió retirar los “filtros” obligatorios después de que, según se informó, se detectaron varios casos de influenza en el área de maternales.
De acuerdo con esa medida, en las condiciones de un brote el “filtro” es más perjudicial que benéfico, pues eso implica que se revisen boca, nariz, manos y hasta pañales de los bebés, lo cual podría agravar el problema con un contagio mayor.
