Un hombre de la vida galante se declaró culpable de haber matado a uno de sus clientes.

Chismeo que fue contratado en la plaza grande, de ahí se fueron a darle vuelo a la hilacha a un hotel, pero mientras se daban amor comenzaron a discutir de las palabras se fueron a los golpes hasta que el sexoservidor terminó ahorcado a su cliente.

Los tres jueces que integran el tribunal coincidieron con una sentencia condenatoria.