Curiosa, una mujer de la tercera edad se acercó a un policía encapuchado que resguardaba una zona de la calle 54 del Centro de Mérida; el agente llevaba una trona larga pero no intimidaba a la doñita, quien preguntó directo y sin vaciladas: “A quién mataron?”.
Algo sorprendido y sin ganas de hablar con la mujer, el oficial le hizo un ademán con la mano negándole información. Enojada, la señora se retiró, pues no solamente no le dieron información, sino que tampoco la dejaron pasar a la zona asegurada.
En el lugar resguardado, sobre la calle 54 entre 61 y 63 en pleno Centro Histórico, un grupo fuertemente armado de cerca de 30 agentes de la Policía Estatal Investigadora cumplía una orden de cateo en varios comercios de esa zona, donde, según se averiguó, se estaría vendiendo mercancía robada.
El operativo llamó la atención de decenas de personas que pasaban cerca de ahí, quienes en un principio comenzaron a correr el rumor de que en ese lugar se había hallado el cadáver de una persona con varias heridas de bala.
Luego de revisar el comercio número 501 los agentes se trasladaron a otros negocios cercanos; la operación estuvo a cargo del Ministerio Público de la Fiscalía, que colaboraba con sus homólogos de Puebla en el expediente de un robo cometido a un camión en el que se transportaba tela.
El vehículo habría sido robado en Córdoba, Veracruz, y la mercancía —de acuerdo con las investigaciones— llegó a los comercios antes mencionados, ubicados en el Centro de Mérida.
Minutos después y tras haber surcado el caos vial que se desató en la zona debido al cierre de la calle 54, llegó un camión de carga; decenas de agentes de la PEI entraron al establecimiento con bolsas negras para resguardar las evidencias halladas.
La fuerte operación estuvo a cargo de personal de la Fiscalía General del Estado, que habría llegado con una orden judicial para dicha labor que se extendió por varias horas.
