jdhfjhdfhjdfjdjfdjhfjhdfjdhf

Todo proyecto ambicioso tiene retos que salvar y el Tren Maya los sorteará, consideró el presidente de la Coparmex Mérida, José Antonio Loret de Mola Gómory.

No descartó que inversionistas de Yucatán, Quintana Roo y Campeche participen en lo individual o en grupo en este proyecto, de poco más de $150,000 millones, pero Loret de Mola destacó la construcción de la autopista privada Mérida-Cancún, donde empresarios de Yucatán y Quintana Roo arriesgaron su dinero en ese ambicioso trabajo y hoy es el eje fundamental de comunicación entre ambas entidades.

“Son inversiones muy grandes y a largo plazo”, señaló. “El transporte a nivel mundial es subsidiado en la gran mayoría de sus modalidades…, entonces hay que ser cuidadosos.

“Estoy seguro de que habemos empresarios que siempre veremos con buenos ojos estas oportunidades de inversión. No sé si un solo empresario pudiera destinar tantos recursos a largo plazo, pero qué mejor que sea abierto a los yucatecos, a Quintana Roo y Campeche”, dijo. “Esos inversionistas también pensaron en aportar un grano de arena en la construcción de largo plazo del Estado y hoy vemos que esa carretera es un eje fundamental y en su momento tuvo complejidades, pero se sortearon y salieron adelante, así pasará con el Tren Maya”, expuso.

Pero lo importante que destacó es que el presidente electo escuchó el sentir del sector empresarial y la sola inclusión de Yucatán en la ruta del Tren Maya es una buena noticia porque estaba fuera del proyecto.

Yucatán es parte integrante de la Península y eje fundamental en la prestación de muchos de los servicios que requiere la región. Por ello, consideró un acierto esta idea que se está convirtiendo en un proyecto que cuando el sector empresarial tenga el sustento económico, financiero y operativo dará una opinión más certera y lo apoyará para que todos resulten beneficiados.

Carta

Respecto al tema del Tren Maya, esta casa editorial recibió una carta de Jorge E. Torre Loría, exsecretario de Turismo del gobierno del Estado, la cual a continuación reproducimos:

En los últimos días hemos estando leyendo y oyendo en diferentes medios de comunicación el proyecto del Tren Maya, una propuesta que en toda la campaña nunca la oímos ni como propuesta de empresarios ni como promesa de López Obrador.

De buenas a primeras nos anuncian que se va a construir un ferrocarril que partiendo del aeropuerto de Cancún recorrerá todo el estado de Quintana Roo, pasando por el sur del estado de Campeche y teniendo como punto final la zona arqueológica de Palenque, en el estado de Chiapas, sin tocar en ningún punto el estado de Yucatán, territorio principal de la civilización Maya.

Este anuncio causó gran inquietud entre los empresarios de Yucatán y se empezaron a manifestar en los medios para pedir a los responsables del proyecto que se incluyera a Yucatán en el recorrido.

Al fin, nos enteramos por la prensa que los responsables del proyecto habían escuchado las demandas de los empresarios yucatecos e incluirían a Yucatán en el recorrido.

De lo que ninguno de nuestros líderes se percató fue que el señor López Obrador dijo que la parte de los recursos que el gobierno tendrá que aportar los tomaría del impuesto hotelero, y después aclaró que sería del derecho que pagan los no residentes que ingresan al país vía aérea que, según datos que se manejan, son siete mil millones de pesos anuales en los próximos cuatro años. Con todo respeto a mis amigos empresarios, por si no lo saben, esos siete mil millones de pesos que se recaudan van directo al Consejo de Promoción Turística de México y se invierten todititos en promocionar a nuestro país nacionalmente y en el extranjero. Gracias a ese esfuerzo que se hace desde hace muchos años, el año pasado nuestro país pasó a ocupar el lugar número 6 entre los países más visitados del mundo, rebasando a naciones como Alemania e Inglaterra, entre otras muchas, llegando a la cifra de casi 40 millones de visitantes extranjeros.

Si el señor López Obrador deja sin recursos al Consejo de Promoción, éste ya no tendría razón de existir y el país se paralizaría en todos los medios de difusión del mundo y retrocederíamos 30 años o más en materia de turismo.

Hago un llamado muy respetuoso a mis amigos empresarios a que averigüen bien si estos señalamientos son ciertos y que defiendan estos recursos, pues sin turismo el Tren Maya se convertiría en Tren Fantasma.