Ni los bomberos aguantaban el calor en el interior de la cantona

“No, no, no puede ser, mi casa, mi casa”, fueron los gritos que se escucharon de Lucia Díaz Mendoza, dueña del predio 561 de la calle 71 entre 72 y 74 del centro de Mérida, que se estaba quemando y cuyos bomberos luchaban para sofocar las llamas y evitar que el fuego se pudiera propagar a otros predios aledañas que compartían pared con el inmueble siniestrado.

La mujer rompió en llanto y sufrió crisis nerviosa por lo cual fue consolada por los propios vecinos. “Es todo lo que tengo”, indicó la afligida mujer.

Desde la acera de enfrente veía como los tragahumos luchaban para sofocar las llamas y como explotaron las pantallas de sus dos televisores. Los bomberos salían cada determinado tiempo debido a que el lugar estaba hecho un infierno. “No se aguanta el calor”, indicó uno de los bomberos a pesar que tenía traje especial para soportar las altas temperaturas y tanque de oxígeno. “Te quema la cara”, agregó.

El siniestro se registró alrededor de las 10 de la mañana de ayer y según los vecinos se debió a un cortocircuito, versión que fue confirmada por la Policía.

Al lugar llegaron alrededor de 20 agentes de la SSP y de la Policía Municipal, así como tres carrobombas de bomberos, una ambulancia, sin embargo, no llegó persona de Protección Civil como suele ocurrir en estos hechos.

De acuerdo con el relato de los vecinos alrededor de las 10 de la mañana sintieron un olor a quemado por lo cual al salir a la calle se percataron que de la casa en mención salía humo negro como no había nadie, llamaron a los servicios de emergencia y mientras llegaban abrieron la ventana y le comenzaron a echar agua a un enfriador que se estaba quemando y el cual hizo cortocircuito.