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Desde hace algún tiempo se rumorea que las películas de Chucky, el muñeco asesino, se basaron en parte en el caso del Muñeco Robert, que actualmente tiene más de 100 años.

A primera vista Robert es solo un muñeco de trapo, que representa en tamaño real a un pequeño niño marinero, que viste de blanco y lleva un osito bajo el brazo.

Sus ojos son negros, pequeños e inexpresivos, carentes del realismo que usualmente se ve en las muñecas embrujadas; sin embargo, algo habita en Robert, y eso ha hecho que su presencia siembre el terror en cada inocente familia que ha tenido el infortunio de poseerlo, pues nunca faltó quien afirmara que Robert se movía, que estaba vivo…

Los padres de Otto señalaron que a menudo le oyeron hablar con su muñeco. Pronto comenzaron a escuchar que El Muñeco Robert respondía en las conversaciones, e inicialmente creyeron que Otto estaba simplemente cambiando su voz; pero, cuando los vecinos dijeron haber visto al muñeco moviéndose solo desde una ventana a otra cuando no había nadie en la casa, llegaron a sospechar que Robert estaba vivo.

En cuanto al Muñeco Robert, hoy en día se encuentra en el Museo Martello, aunque ocasionalmente sale para ser grabado u otras cosas, pero casi siempre permanece en su calla sellada de plástico, y aún sigue asustando gente, porque muchos miembros del personal del museo han reportado cosas inusuales, y un ejemplo fantástico es el caso de un hombre que se encargaba de abrir y cerrar el museo, y una vez dejó cerrando todo y apagando las luces, pero al día siguiente abrió el museo (nadie había entrado antes que él) y encontró que todas las luces estaban encendidas, que Robert estaba en una posición diferente dentro de su caja, y que sus pies tenían polvo fresco, como si hubiese caminado por el museo…

Adicionalmente, los visitantes del museo también han reportado cosas raras, como golpecitos en el cristal o parpadeos del muñeco. De hecho, tal es su reputación de maldito, que se rumorea que nadie debe fotografiar a Robert sin su permiso: hay que pedirlo y, si Robert mueve ligeramente la cabeza hacia abajo, entonces se prosigue, pues en caso contrario lanzará una maldición sobre el hozado y sus familiares.

La gente continúa temiéndole, y la mayor muestra de eso son las numerosas cartas que cubren las paredes del museo, solicitando que Robert sea exorcizado para que deje de estar maldito…