Armín Puerto “El Maya” en un homenaje que se le realizó hace algunos años en Hunucmá

Familiares y amigos dieron ayer jueves el último adiós a Ignacio Armín de Jesús Puerto Vázquez, novillero reconocido como Armín Puerto “El Maya”.

“El Maya” falleció de un infarto cardíaco anteayer miércoles a las 8 la mañana, en el IMSS, en Hunucmá, a donde lo llevaron porque se sintió mal. Vivió 69 años.

Fue velado en el domicilio que habitó en la calle 45 entre 36 y 38 de la colonia Lourdes, en el suroeste de esta comunidad, donde anteanoche Víctor “El Chamaco Balam”, el rejoneador David Cesa, el becerrista Julio Ventura y el ganadero Miguel Rodríguez, entre otros, dieron el pésame a los deudos.

Ayer a las 7 de la mañana el presbítero Javier Jesús Castillo Domínguez ofició una misa de cuerpo presente en la parroquia San Francisco de Asís, ubicada en el centro de Hunucmá.

Presidieron las exequias la viuda, Lourdes del Socorro Ceballos Méndez, los hijos de ambos, Ángel de Jesús y Éricka de Lourdes Puerto Ceballos, e Ignacio Puerto Ceballos, hijo de “El Maya” con su primera esposa, Hilda Josefina Ceballos Bojórquez, ya extinta.

Luego que el sacerdote bendijo el ataúd, los familiares y amigos aplaudieron para rendir homenaje a “El Maya”, e hicieron lo mismo cuando el féretro fue subido a la carroza estacionada a las puertas del templo.

El novillero fue cremado en la ciudad de Mérida.

“Uno de sus deseos es que sus cenizas sean esparcidas en la arena de la plaza de toros de Hunucmá, pero habría que ver si es posible”, reveló anteayer la viuda.

—Armín Puerto “El Maya” es un orgullo para los de Hunucmá, pero más para aquellos que tuvimos la oportunidad de convivir con él —expresó ayer Justino Esquivel Díaz, en breve entrevista en el sepelio.

Recordó que “El Maya” por su amor a la fiesta brava fundó la Escuela Taurina “La Verónica”, en la que no cobraba nada.

De hecho, a la misa de réquiem asistieron también Mariángela Segovia Ferráez y Juan Diego Uicab Balam, de 12 y 10 años de edad, respectivamente, dos de los prospectos más avanzados de la escuela que atendía personalmente “El Maya”.