Trabajadoras de estancias infantiles de Durango piden al presidente Andrés Manuel López Obrador no disminuir el subsidio del programa

Encargadas de las estancias infantiles capitalinas aseguraron que no son “corruptas como lo dijo al presidente Andrés Manuel López Obrador” y que tampoco han hecho negocio con el Programa Federal destinado al cuidado de la primera infancia.

“Estamos dispuestas a que nos investiguen y si existen estancias con irregularidades las clausuren, pero las que no, nos dejen seguir trabajando”, dijo Ivette Arroyo, responsable de estancias de la alcaldía Gustavo A. Madero de Ciudad de México.

Además, señaló que si existen estancias con deficiencias o malos manejos, el gobierno federal está obligado a hacerlas públicas, pero pidió que “se den cuenta del trabajo que hacemos el resto de las estancias”.

Ivette Arroyo aseveró que las responsables de guarderías “no nos hemos enriquecido con este trabajo; hemos recibido becas de los niños por el gobierno, las cuales hemos administrado de la mejor manera en beneficio de niños y niñas”.

Indicó que concuerdan con que el Programa es mejorable, que están abiertas a supervisiones, pero igualmente afirmó que están reconocidas por programas de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) e incluso, están capacitadas para impartir el primer año de preescolar.

Por ello, representantes de las estancias de las 16 alcaldías capitalinas se manifestaron en contra de que cambien las reglas de operación del Programa de Estancias Infantiles que opera la Secretaría de Bienestar.

De acuerdo con estas modificaciones, serán los padres quienes administren este el subsidio de 1,600 pesos bimestrales por infante.

Sin embargo, Ivette Arroyo aseveró que esta podría ser una estrategia fallida ya que debido a las carencias económicas, “es probable que los padres gasten ese dinero en otras cosas y no en el cuidado de sus hijos”.

En ese sentido Josefina Ortiz, madre de familia, dijo que “si nos dan el dinero, muchas no lo vamos a utilizar para pagar la estancia, sino para otras cosas”.

En tanto, Carla Peña, otra madre de familia, indicó que ella es beneficiaria del programa y aunque no se gastaría el apoyo económico en otra cosa, el cuidado de su hija se le complicará pues no le alcanza para pagar una guardería particular.

“Mi mamá es sorda y no puede hacerse responsable de mi hija. Desgraciadamente somos millones de personas que estamos quedando desamparadas”, lamentó.

Al respecto, Ivett Arroyo indicó que 50 % de los niños que asistían a estas guarderías desertaron debido a que los padres no pueden pagar el servicio con sus propios recursos.