Chetumal.- Productores de elote de Nicolás Bravo, que apenas sacan para sus gastos básicos, dicen ser extorsionados por la Secretaría de Infraestructura y Transporte, además de la Policía Federal Preventiva, cuando traen su producto a la capital.

 

“¡Que se dejen de chin… y nos dejen trabajar!”, exclamó exasperado José Hernández, productor de San Pedro Peralta, quien dice que “le hace la lucha” sin recibir ningún apoyo gubernamental.

 

En su comunidad, todos se dedican a la siembra, del elote, maíz o la chihua, pero los precios han estado en niveles muy bajos, lo que los ha perjudicado este último año.

 

“Hay veces que ni recuperamos lo invertido”, lamentó. “Le metemos 15 mil pesos a una hectárea y luego sacamos 10 mil”.

 

En similar situación está Juan Carlos Jiménez Vázquez, productor de Nicolás Bravo, quien, a un costado de su camioneta cargada de producto, indicó que ahora el elote se vende a peso, con lo que difícilmente cubren sus costos.

A él le prestan un terreno donde cultiva elotes en temporada “por bendición”; es decir, de acuerdo a las lluvias, al no contar con sistema de riego.

 

“Le pedimos al gobierno ayuda y siempre nos dicen que sí, que ‘mañana’, pero ese mañana nunca llega”, narró.

Cuando sale la cosecha, cargan su camioneta de elotes, y tras un trayecto de varias horas llegan a Chetumal a vender.

Sin embargo, después de todo este esfuerzo, nada está asegurado, porque aunado a los bajos precios, se enfrentan a las “mordidas” de inspectores de Sintra o agentes de la Policía Federal Preventiva, quienes les inventan cualquier excusa para amenazarlos con quitarles su vehículo.

 

“Nos buscan y nos acusan de exceso de carga o de lo que sea, siempre hallan la manera como ching…”, indicó José Hernández.

 

Finalmente, todo se arregla con un billete de 100 pesos, pero a veces ni con eso se conforman, confesó, sino que piden 200 pesos o más.

 

No son los únicos: “A veces el federal ve que vienes cargado y te quieren sacar lana igual”, prosiguió.

Con todo esto, “la verdad apenas sacamos para volver a invertir”, señaló por su parte Jiménez Vázquez. “Si lo hacemos, es por el hambre”.