Ruinas de Ake, Tixkokob.- Procedentes de diversos lugares, cientos de peregrinos, participaron con mucha fe y devoción en el traslado del Santo Cristo de la Exaltación hasta la comunidad de Cacalchén.

La comunidad de Aké comisaria de Tixkokob, en un asentamiento prehispánico maya se levanta una sencilla pero elegante capilla de estilo Ecléctico dedicada a la Purísima e Inmaculada Concepción de la Virgen María. Donde se venera una imagen de tal advocación la cuál peregrina todo el año en poblados como Tahmek, Hoctún, Hocabà y otros más.

Lo que llena de profundo amor este lugar es la Sagrada Imagen del Santísimo Cristo de la Exaltación conocido popularmente como el “Cristo de Ruinas de Aké” el cual cada año reúne a cientos de feligreses para su tradicional traslado a la cabecera Parroquial de San Pedro y San Pablo de Cacalchén.

Desde temprana hora, de hoy Sábado Santo, cientos de personas de distintas edades se reúnen en la capilla ubicada a un costado de la Hacienda San Lorenzo para que en punto de las tres de la tarde salga de la comunidad de Aké, para caminar 12 kilómetros en terrecería hasta llegar a la carretera principal que lleva a Cacalchén, donde es esperado en una capilla a la entrada del pueblo.

En todo el recorrido se escucharon himnos y alabanzas en honor al Santo Cristo de las Ruinas de Aké, ni los rayos del sol del mediodía, fueron impedimento para que la fe se desbordara entre los creyentes.

La sagrada imagen llegó hasta la capilla aproximadamente a las cinco de la tarde, donde otro tanto de devotos lo esperaba, entre rezos y oraciones fue recibida la venerada imagen.

Mañana domingo de Pascua en punto de las 06:00pm saldrá una magna y solemne procesión con rumbo a la Parroquia de los Santos Apóstoles donde la sagrada imagen será recibida por toda la comunidad y posteriormente la celebración de la santa misa.

Una de las leyendas del Santo Cristo de Ruinas de Aké es que hace ya muchos años los dueños de la Hacienda no dejaron que la imagen del Cristo haga su peregrinaje a Cacalchén, pasando pocos días el pozo empezó a secarse a morir los animales y la cosecha se perdió, por lo que el dueño de la hacienda fue a Cacalchén a decir que vayan a buscar la Santa imagen para que cesara el castigo que estaba recibiendo.