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A todos los involucrados en el fraude cometido por medio de la organización “Crecicuentas” les negaron el amparo de la justicia federal, sin embargo, el proceso continuará por más tiempo y sin que, por lo pronto, los quejosos recuperen sus billetes.

De acuerdo con el chisme que se obtuvo, se hizo un “recuento” de los involucrados, tanto de los que están presos como los que siguen en libertad el proceso.

El resultado fue que a nadie se le ha concedido el amparo contra la formal prisión que se ordenó en su contra, pero al mismo tiempo, todos insisten en que no hay pruebas en su contra y pidieron que los amparos negados los revise un tribunal colegiado.

Por tanto, los casos serán revisados por tres magistrados federales que podrán confirmar la negativa del amparo o revocar esa decisión de jueces de Distrito y conceder la protección federal.

Se revisan…

En tanto se revisan los amparos negados, el Juzgado 1o. Penal, único que funciona del sistema judicial escrito donde se siguen cuando menos dos expedientes de “Crecicuentas”, siguen las diligencias de rigor como fijar fianzas a los involucrados para que recuperen su libertad, en su caso, o sigan el proceso sin pisar la prisión.

La muerte de un detenido por este caso, Miguel Angel Argáez Ordaz, ocasionó que se revise el futuro de las denuncias, ya que los quejosos no podría cobrarle al fallecido la “reparación del daño” que reclaman. La muerte es una causa de extinción de la acción penal contra un acusado.

Ese fallecimiento también dio pie a que se cuestione que las reclamaciones sería también contra “las personas morales” y las físicas a fin de que la acción penal no termine y el fin de las demandas, recuperar el dinero invertido, no quede en el aire.

Los involucrados en los fraudes han tomado el silencio como una postura, ya que declinan declarar sobre los hechos en espera que la parte acusadora compruebe su participación.

Tal parece que la Fiscalía General ha demostrado la culpabilidad de los involucrados y, por ese motivo, los amparos fueron negados en primera instancia. Falta conocer el veredicto de segunda instancia, ante los magistrados