jkhkjhkdjhfjdkfkjdfdf

Quién dijo que todas las abuelitas generan el sentimiento de ternura, en la siguiente historia conocerán a la abuela que jamás quisieras tener.

Manuel recuerda que su madre le contaba historias macabras de su abuela, según, una mujer de carácter muy fuerte que estaba acostumbrada a que se haga lo que ella decía.

Una de tantas historias era sobre su hijo mayor, el hermano de la mamá de Manuel a quien casi no recuerda. Según relató, el primer hijo huyó con una mujer, la cual conoció en una cantina. Cuando la abuela se enteró, movió cielo, mar y tierra para localizar a su primogénito.

Después de dos años, por fin la abuela dio con el paradero de su hijo, el cual ya tenía un hijo con aquella mujer.

Los hechos se suscitaron en una casona del Camino Real, donde llegó la anciana junto con unos hombres que contrató e incendió la casa donde vivía su hijo con su pequeña familia.

Según los pobladores, la mujer de ropa elegante, parada frente a la casa de su hijo mayor, sólo observó como la vivienda se consumía poco a poco por el fuego.

Desgraciadamente dentro de la vivienda se encontraba la mujer con el bebé, el primer nieto de la abuela. Ambos murieron.

Cuando el tío de Manuel se dirigía a su hogar después de una jornada larga en el campo, vio la desbastadora escena. En ese momento perdió la razón.

Fue tanto el dolor que el hombre enloqueció y terminó en la calle como un indigente.

Según se cuenta, un día la abuela salía de misa y al caminar se encontró un vagabundo que le pidió caridad, cuando le dio las monedas, el vagabundo sólo respondió, “gracias mamá”, la mujer se paró unos segundo, y siguió caminando dejando atrás a su hijo a quien nunca perdonó.