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Luz Alicia Gordoa Osuna pasó a la historia el 15 de mayo de 2018, cuando se convirtió en la primera mujer ampáyer en un juego oficial de la Liga Mexicana de Béisbol (LMB). En aquel partido, en el que los Guerreros de Oaxaca vencieron 10-6 a los Diablos Rojos del México, fue puesta en tercera base para hacer valer sus decisiones.

La semana pasada estuvo en tierras campechanas para las series en las que los Piratas de Campeche enfrentaron a los Olmecas de Tabasco y Leones de Yucatán, respectivamente, y en entrevista chismeó sobre su trayectoria y cómo es su vida familiar.

“Campeche es muy bonito y muy caluroso, en esta serie visité algunos sitios como las murallas y el Centro Histórico”, comentó Luz Alicia sobre la Ciudad de las Murallas.

Para la sinaloense sí le resulta un poco difícil ser umpire, pero no es por marcar las bolas y strikes, sino porque está lejos de su familia, lejos de casa y sobre todo de su hija adolescente, la cual, le ha dicho, quiere seguir sus pasos.

“¡Mamá quiero ser umpire como tú! ¿Qué se necesita?, pues le dije que le mandaría el libro de reglas para que empiece a leer y me dijo: ‘¡Es mucho…!’”, expresó Luz Alicia entre risas.

La ampáyer contó que continúa con sus aprendizajes en compañía de su cuarteta, la cual complementan Pedro Tun Lezama, Alan Cruz y Rigoberto Lim. Además, aprovechó para agradecer al licenciado Javier Salinas (CEO de la LMB), quien organizó este proyecto.

Para el 18 de julio del año pasado, fue otro día histórico para el béisbol mexicano en materia de equidad de género: Luz trabajó detrás de home por primera vez en un juego oficial de LMB en el estadio Domingo Santana en León Guanajuato, para la serie entre Generales y Bravos.

Luz Gordoa es una mujer que desde muy pequeña fue aficionada al deporte gracias a sus padres. Siempre ha querido triunfar en lo que se propone y en un territorio como es el del “Rey de los deportes” que es tan complicado, lo ha logrado y de qué forma.

“Mi papá me llevaba a jugar con él fútbol, mi mamá me llevaba a correr y a jugar voleibol, y ya como fui creciendo fui jugando en las calles béisbol. Toda mi vida mis padres me apoyaron en todo hasta donde estoy”, mencionó la ampáyer.

Apasionada

El béisbol lo vive de una forma distinta y muy apasionada, por lo que ahora que tiene esta oportunidad no piensa desaprovecharla.

Recordó que el amor por el “Rey de los Deportes” se lo inculcó su familia desde muy pequeña al ser de un estado del país en donde se respira al máximo la pelota caliente en cualquier rincón. “El béisbol lo traigo en la sangre”, dijo.

Su nombre ya ha quedado marcado en la historia del béisbol nacional, aunque ella considera que “es un reto muy importante que ya se está cristalizando, porque ya estamos dentro. Para mí es un orgullo ser la primera mujer y abrir la puerta a más mujeres”.