El frente de la nave de traslado de Celestún acabó hecho “miércoles”, luego de embarrarse a lo bestia contra la caja de un pesado camión de volteo en la vía Kinchil-Celestún

Por poco y no lo cuentan los pasajeros de una ambulancia de traslado, la cual chocó por detrás de un pesado volquete cargado de caca poco antes de este mediodía en la carretera Kinchil–Celestún.

Argenis Sosa Palomar, de 36 años, conducía la ambulancia de traslado de Celestún, transportando a una pareja y a Román Cauich Chacón, regidor del Ayuntamiento de dicha localidad, con rumbo a Mérida.

Sin embargo, en igual sentido, de Poniente a Oriente, pero metros más adelante rolaba Juan Pech, de 22 años, al mando del camión de volteo, matrícula YR-7632-B.

El veinteañero vecino de Umán aseguró que puso su direccional para doblar a su izquierda, pues iba a meterse a una brecha y depositar en el monte las toneladas de estiércol de aves, justo a la altura del kilómetro 52.

Pero Sosa Palomar, que “volaba” como paloma conduciendo mencionado vehículo oficial, acabó estrellándose de la punta trasera de la caja de la pesada unidad, alrededor de las 11 de la mañana.

Tras el golpe, resultó con la peor parte de daños materiales la unidad de traslado y sus ocupantes con un susto marca diablo.

Incluso, solo uno necesito de atención médica fue el funcionario celestunense de Román, siendo el mismo en hablar para pedir ayuda a los cuerpos de emergencia, al decir que estaba prensado.

Para fortuna de Cauich Chacón, el cual viajaba como copiloto, a pesar de todo, solo tuvo el tobillo amolado. El regidor acompañaba a doña Dora Chay, de 56, y su esposo Fabio Narváez a su cita en el Issste de Lindavista, ahí en Mérida.

El chofer de la ambulancia al ser acusado por el otro involucrado en el percance, alegaba que no iba con exceso de velocidad y que el volquetero marcaba hacia la derecha.

Mientras son peras o son manzanas, hasta la alcaldesa del puerto, Yulma García, apareció para acompañar con el oficial mayor al edil en su traslado a bordo de la Cruz Roja. Agentes de la Policía Municipal de Kinchil y de la SSP, se hicieron cargo de los hechos.

Extraoficialmente se supo que la póliza del vehículo, que acabo como pérdida total y está en comodato con el Gobierno del Estado, estaría vencida; a su vez la pesada unidad cargada con la gallinaza proviene de una de las granjas de aves, tuvo que quedar en el mero lugar en espera de agentes de la Policía Federal para el deslinde de responsabilidades.