Fotografia de la Edición Impresa

Pedro Alfonso López Cabrera nunca olvidará el fatídico domingo 17 de febrero. Ese día perdió a su hija, S.O.L.L., de 8 años y a su novia, Kimberly Salazar Juárez, de 30 años. Ambas murieron aplastadas por los escombros, que dejó el derrumbe de la marquesina del restaurante-bar Mocambo en Progreso.

Los tres llegaron al puerto para pasear y cuando se disponían a regresar a Mérida, sobrevino la tragedia en la esquina de la calle 58 con 21, cerca del malecón.

Al parecer, la menor de edad y Kimberly caminaban juntas y pasaron junto al bar cuando ocurrió el derrumbe. Las dos quedaron sepultadas.

A la niña la rescataron con vida, la trasladaron de inmediato a la clínica del Seguro Social, donde murió por rotura hepática secundaria a trauma de abdomen cerrado.

Kimberly murió en el lugar del hecho a causa de traumatismo craneoencefálico.

Pedro López, de 30 años de edad, no daba crédito a lo que veía, lloraba y gritaba de impotencia, según comentaron los testigos del hecho.

Él, identificó el cadáver de la pequeña, quien cursaba el tercer grado de primaria. Kimberly trabajaba como maestra de inglés en la American English Center en Mérida, donde ayer suspendieron las clases, para los funerales junto a su hija.

Por otro lado, se averiguó que Carlos Baeza Manzanero, encargado del establecimiento, se hizo cargo de cubrir los gastos de atención a los cinco lesionados que se encuentran internados en el hospital Juárez. También atendió a los familiares de los tres fallecidos, quienes habrían interpuesto denuncias ante la Fiscalía General del Estado, que ya se encarga de las investigaciones.

Tercer fallecido

El tercer fallecido por el derrumbe fue identificado como Diego Armando Bojórquez Collí de 31 años de edad.

El hombre murió por traumatismo craneoencefálico cuando era llevado al hospital.

Los cuerpos de los fallecidos, en el trágico suceso, debieron ser entregados a sus familiares, en el transcurso de la tarde-noche de ayer lunes.