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Salvador Arteaga Trillo asesor de los ejidatarios que tomaron las oficinas de la Procuraduría Agraria el pasado martes 16 informó que ayer se inició un diálogo de entrega de este edificio federal, pero el encargado Felipe de la Cruz Díaz García le comunicó que interpuso una denuncia ante la Fiscalía General de la República por esos hechos.

En rueda de prensa, Arteaga Trillo indicó que cuando supieron que Alfredo Ramírez Gómez no es el encargado ni representante de la PA en Yucatán se cumplió el objetivo que los llevó a bloquear las oficinas y ya no tenía caso que mantuvieran la posesión de la PA, en la calle 66 con 59 del Centro.

También dijo que inicialmente pactó con Díaz García la devolución del inmueble a las dos de la tarde, pero luego él lo cambió para las 4 p. m.

Diez minutos antes de que venciera ese plazo le pidió que él y una comisión de ejidatarios acudieran a las oficinas de la Secretaría de Gobernación en esta ciudad, pero ante la desconfianza que surgió en los ejidatarios prefirieron quedarse a la entrada del edificio y pedir el apoyo de un abogado que los orientara sobre cómo actuar en este caso.

Arteaga Trillo dijo que los propios empleados y el representante de la Procuraduría Agraria en Yucatán abandonaron sus oficinas, por lo que ellos se tuvieron que quedar para “cuidarle el changarro”.

“Apenas llegamos ellos se retiraron, abandonaron el lugar”, subrayó el asesor agrario.

“Ni modo que dejemos abierto el lugar, podría entrar alguien y sustraer algo para que nos culpen. Nosotros estamos en el pasillo de la entrada, no hemos subido a las oficinas”.

Como parte de la entrega del edificio, informó que Díaz García les pidió que fueran a la sede de la Fiscalía federal para una conciliación y firma de un convenio, pero no aceptaron.

Mejor pidieron que personal de la Fiscalía fuera al edificio y allí se firmaría el convenio de entrega-recepción, pero tampoco se concretó la propuesta.

Los ejidatarios pidieron la mediación del representante del gobierno federal en Yucatán, Joaquín Díaz Mena, pero éste les dijo que pediría autorización a sus superiores en Ciudad de México, por lo que no se resolvió este conflicto a la hora pactada.

“Esperamos que venga el representante aquí porque los compañeros quieren patentarle su apoyo”.

A las seis de la tarde los ejidatarios entregaron las instalaciones, tras una revisión del estado en que se encontraban, de lo cual dio fe un notario público. Se sacaron las sillas que habían metido para hacer guardia, verificaron que no quede nadie y cerraron las puertas.

Los inconformes dijeron que se iban, pero seguirán su lucha