La ejecución de un presunto cabecilla del Cártel de Sinaloa en Chetumal, Quintana Roo, de nuevo evidencia la presencia de poderosos grupos del narcotráfico en la península de Yucatán.

El jueves 4 pasado, en una tienda en la confluencia de las céntricas avenidas Álvaro Obregón con Independencia de la capital quintanarroense fue plomeado Juan Ulises Galván Carmona, alias “El Buda”, perteneciente a la organización que dirigía Ismael “El Mayo” Zambada.

“El Buda”, originario de Huatulco, Oaxaca, fue asesinado por una pareja de sicarios, que a bordo de una motocicleta llegaron a la tienda “Caracol” y tirotearon a Galván Carmona, que según chismes, se refugió en Chetumal hace unos cuatro meses, al parecer perseguido por bandos contrarios del crimen organizado.

El ajuste de cuentas no sólo demostró que células del narcotráfico operan en la Península, también probó que los tentáculos de importantes cárteles tienen fuerte influencia en las tres entidades, incluso en Yucatán.

Importante líder

Con datos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), ahora se sabe que “El Buda” fue, a finales de la década de los años noventa y principios de 2000, operador del Cártel de los hermanos Beltrán Leyva, pero después de su debacle, Galván Carmona fue pieza esencial en la agrupación de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera y posteriormente de la de Ismael “El Mayo” Zambada García.

También, que el ejecutado tenía nexos con lugartenientes del Cártel de Sinaloa, como Manuel Torres Félix, “El M1” o “El Ondeado”, además que encabezaba el trasiego y comercialización de droga en Oaxaca, que provenía de Sudamérica, principalmente Colombia, en su camino a Jalisco.

Sin embargo, los tentáculos de las organizaciones de los Beltrán Leyva y “El Mayo” Zambada se extienden a Yucatán. Según un estudio de la Drug Enforcement Administration de EE.UU (DEA, por sus siglas en inglés), en la Península operaban a principios de la década de los años 2000 tres cárteles de la droga: Los Zetas, que dominan gran parte de Quintana Roo y Campeche; el de Sinaloa, que abarca Chetumal y zonas adyacentes; Ciudad del Carmen y Villahermosa, y la extinta de los Beltrán Leyva, que controlaba Cancún y la Riviera Maya.

“El Buda” no era un cabecilla más en la estructura de “El Mayo” Zambada, ya que una clasificación del Buró Federal de Investigaciones (FBI) catalogó en una selecta lista llamada “Estructura del cartel de la droga mexicana”, en 2015, a Juan Ulises Galván Carmona como el jefe máximo en la plaza de Oaxaca, en el último sitio del top cinco, apenas por debajo de las organizaciones de los Beltrán Leyva, de Guasave, “Los ardillos” y “Los mazatlecos”.

Información hemerográfica lo confirma, ya que en enero de 2012 elementos del Ejército detuvieron a Óscar Santoyo Rodríguez, alias “El Mosco”, identificado entonces como el segundo hombre más importante en la andamiaje del grupo criminal de los Beltrán Leyva en Oaxaca, en la región de La Crucecita, en Bahías de Huatulco.

Las fuentes castrenses destacaron que “El Mosco” reveló que recibía órdenes de Galván Carmona, líder del cártel en esa entidad del sur del país.

Detenido en Chiapas

El 7 de agosto de 2012, “El Buda” fue detenido por efectivos de la Sedena en Tapachula, Chiapas, cuando estaba en compañía de Sergio Armando Barrera Salcedo, alias “El Checo”, entonces el principal operador de Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada. De Galván Carmona, la información del Ejército asienta que era exintegrante del Cártel de los Beltrán Leyva que a partir de ese año, hace siete, decidió unirse a la banda de “El Chapo” Guzmán.

En el comunicado de 2012 de la Sedena se cita: “Que inicialmente fungió como operador de Barrera Salcedo en la plaza de Huatulco, Oaxaca, para el Cártel del Pacífico y posteriormente de Martín Gerardo Hernández Esparza, alias ‘El Kalimba’, asumiendo a la postre el control de dicha plaza para la organización Beltrán Leyva, siendo además responsable de coordinar la recepción y distribución de droga en los Estados de Chiapas y Oaxaca”, información que se confirmó con la detención de Óscar Santoyo Rodríguez, alias “El Mosco”, realizada por personal militar el 18 de enero del presente año, identificado como coordinador de los lancheros que recibían droga en Huatulco, Oaxaca, quien señaló Santoyo Rodríguez, Galván Carmona recientemente decidió volver a colaborar con Barrera Salcedo por la amistad que mantenía con éste, separándose de los Beltrán Leyva y aliándose al Cártel del Pacífico.

En esa operación también fueron atorados Ignacio May Navarrete, Salustino Cruz Santos, el primero fungía como encargado de las comunicaciones entre Barrera Salcedo y las embarcaciones que transportaban la droga procedente de Sudamérica, y el otro, Cruz Santos, auxiliaba a May Navarrete para establecer una red de comunicaciones entre los diversos colaboradores en el trasiego de droga vía marítima.

Al parecer May Navarrete fue empleado de una institución oficial en Chetumal, Quintana Roo, a principios de la década de los años noventa.

Además, apresaron a Ramiro Mojica Alarcón, Eduardo Jiménez Huitrón y Ramiro Galarza Mendoza, y se incautó un kilogramo de cocaína, medio kilogramo de cristal, siete armas largas, dos armas cortas y diversos equipos de comunicación.

Se desconoce la pena que recibió “El Buda”, pero para 2015, según los reportes de instituciones policíacas estadounidenses, de nuevo realizaba funciones de liderazgo en Oaxaca para las organizaciones de los Beltrán Leyva y el Cártel de Sinaloa.

Enlaces peninsulares

La organización de los Beltrán Leyva, a la que pertenecía Galván Carmona extendía sus vínculos en varias entidades del país, incluyendo Yucatán.

Un ejemplo claro se conoció el 24 de septiembre de 2007 cuando se logró el decomiso de droga más grande de la historia del estado. Una avioneta cargada con 3.7 toneladas de cocaína cayó misteriosamente en montes de Tixkokob.

El Ejército montó una espectacular operación y la noticia tuvo repercusión internacional. Después de indagaciones, las evidencias indicaban que la mercancía pertenecía al cártel de los hermanos Beltrán Leyva.

Otro hecho que demuestra la influencia del cártel de los hermanos Beltrán Leyva en la entidad a principios de la primera década del año 2000, se conoció en abril de 2010, cuando agentes de la entonces Procuraduría General de la República (PGR) realizaron una operación en una residencia ubicada en el norte de Mérida en un intento por detener a Dagoberto Jiménez Díaz de León, “El Cantante”, quien era el brazo derecho de Gerardo Álvarez Vázquez, “El Indio” o “El Chayán”, y de Edgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, operadores del Cártel de los hermanos Beltrán Leyva.

Sin embargo, un “pitazo” frustró la intervención de la PGR y el integrante del grupo criminal huyó a tiempo. En el inmueble se hallaron armas y algunos documentos, comida y aparatos eléctricos. Se supo después, que por investigaciones previas ya se había ubicado a “El Cantante” en Yucatán, que se presume estuvo vinculado con los propietarios colombianos del avión que cayó en 2007 con la casi cuatro toneladas de cocaína en montes de Tixkokob.

En años más recientes, en enero de 2012, cuando Galván Carmona se desempeñaba como cabeza del Cártel de los Beltrán Leyva en Oaxaca, agentes policíacos detuvieron en Tekax a José Adalberto Beltrán Calderón y Victoriano Ávila López, con 18 kilos de mota y 7.4 kilos de cocaína.

Tentáculos poderosos

Según las indagaciones, ambos aprehendidos eran la conexión del cártel de los Beltrán Leyva en el sur de la entidad, y la droga decomisada provendría de Quintana Roo, y se trasladaba vía terrestre por la carretera Tulum-Chemax.

Otra de las versiones es que a ambos narcos les surtían cocaína que no lograba ser transportada al occidente nacional, vía Oaxaca, donde lideraba “El Buda”, y se destinaba para su distribución y venta en cantidades pequeñas en el sureste del país.