Rubén Ramírez se encontraba en la planta alta con su esposa y su hijo cuando la marquesina del restaurante-bar se derrumbó

Los parroquianos que estaban en la palapa del restaurante, en la planta alta, cuando se desplomó la marquesina, cuentan que tuvieron miedo de que el techo se desplomara, por lo que bajaron corriendo, vieron cuerpos entre los escombros y fueron testigos de la llegada de ambulancias, patrullas y navales.

Uno de los que presenciaron el derrumbe es Rubén Ramírez, de 53 años de edad, quien estaba con su esposa Addy Matú y su hijo Rubén. Los tres estaban en la palapa, desde donde podían ver la playa.

Unas tres mesas más estaban ocupadas, cuando escucharon un fuerte ruido y gritos de dolor. Pensaron que un vehículo se había impactado en el predio, pero cuando el señor se asomó por el techo, vio que se había desplomado la marquesina.

Fue entonces que reaccionó y le dijo a su esposa e hijo que se estaba derrumbando el techo del bar.

Apurados, bajaron y fueron a la calle.

Lo primero que vieron fue escombros y cuerpos sepultados; la desesperación de familiares y voluntarios para sacarlos de entre los bloques y bovedillas rotas.

Él y su familia se trasladaron al Seguro Social en la calle 74 entre 25 y 27. Por el susto, al hombre que es diabético se le subió el azúcar.

El Mocambo amaneció ayer custodiado por dos policías. El domingo en la noche, personal de Servicios Públicos Municipales retiró el escombro. El bar está cerrado, bajaron las cortinas metálicas. A un costado quedó el poste de alumbrado que se rompió al caer la marquesina. La palapa está intacta, se pueden ver las mesas y sillas que la tarde del domingo estuvieron ocupadas.