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Por poco y vuelve a ocurrir otro percance en la vía salada Kinchil-Celestún, resulta que la tarde de ayer un popular operador de un autobús Oriente, tras ponchar un neumático, se salió apenas del camino, quedando en un susto nomás en los pasajeros que tenían como destino el polo turístico. Para colmo el involucrado es de nuevo don Ángel Enrique Uribe Evia, de 52 años; si ese mero que hizo una maniobra evasiva hace un año y un mes, en este misma carretera al evitar una tragedia cuando un tractocamión le invadió su carril.

El conductor quien manejaba a velocidad moderada, y con un chorro de experiencia en el volante, al reventar una llanta, acabó orillándose. Aparte no se desesperó y pudo controlar su moderna unidad con placas 49HA4Z de la ruta Mérida – Celestún.

Por último Uribe Evia busco un lugar seguro para detenerse y llamar a los mecánicos del taller para que le cambien esta rueda. “Ya lo deberían canonizar y luego hacerlo santo de los choferes”, bromeó un vecino.