Fotografia de la Edición Impresa

Por lo visto el desastre asentó sus reales en Izamal, dejando a su paso motonetos amolados y cuantiosos daños materiales en vehículos. Y sabe por qué, pues por culpa de conductores ebrios.

La cosa comenzó la noche del domingo, cuando se registró el primer porrazo en la calle 31 entre 18 y 16 del barrio de San Juan.

De acuerdo con vecinos del rumbo, el accidente tuvo lugar cuando un par de borrachines rolaba en moto y con inmoderada velocidad. Todo iba bien para los briagos hasta que en el citado tramo, debido a su estado, se embarraron con otro par de motonetos que se dirigían al centro de la ciudad.

Por el golpe, los involucrados derraparon y resultaron leves lesiones como golpes y raspones. Hasta el lugar de los hechos cayeron agentes municipales para tomar conocimiento del hecho. Además, paramédicos se dieron cita les pusieron sus curitas a los amolados.

Sin embargo, la cosa no paró ahí. No habían pasado ni 12 horas del accidente del domingo cuando ayer lunes se registró otro accidente muy cerca de las conocidas cinco calles, en la calle 24 entre 31 y 29.

Resulta que el causante del accidente que iba en bicla. El borrachito iba zigzagueando, pero la maniobra vaya que le salió cara, ya que no se dio cuenta de que tras él venía una moto, la cual impactó al ciclista.

Debido al golpe, el conductor del caballo de acero perdió el control y derrapó, aporreándose bien gacho contra el asfalto. A causa la caída, el motoneto resultó con una fuerte lesión a la altura del tobillo.

Fue necesario que los paramédicos para trasladar al lesionado al IMSS de Izamal, donde sería atendido para descartar cualquier lesión severa.

Los vecinos del lugar indicaron que el borrachito corrió con suerte: “Eso sí es suerte de borracho, ya que no le paso nada. El borracho tiene suerte porque es borracho”. Aunque a decir de otros colonos no tuvo tanta suerte, ya que lo llevaron a la Dirección de Seguridad Pública.