#PETO No tienen collares de ajo, tampoco andan con estacas o una cruz para protegerse, mucho menos portan agua bendita, solo necesitan unas redes, unos guantes y una pomada para combatirlos, se trata de los cazadores de vampiros, quienes cumplen con una importante labor para controlar la proliferación de esta especie que se alimenta de la sangre de los ovinos y bovinos.

Muchas veces se mantienen en el anonimato porque la labor que realizan pasa a desapercibido para la mayoría de las personas que no saben de esta importante labor que realizan.

Sin embargo, por las noches salen en busca de estas hematófagos que son los principales portadores del virus de la rabia, y que por consiguiente propicia que los hatos de ovinos y bovinos contraigan el derriengue.

En una noche cualquiera, así como pueden capturar dos ejemplares, pueden llegar a capturar hasta 80 de estos hematófagos en las zonas donde más proliferan.

Esta labor es fundamental para evitar más casos de derriengue, pero para eso también los ganaderos deben de hacer la parte que les corresponde, como dar todas las facilidades para que se puedan hacer las capturas de estos hematófagos, así como llevar un control de las fechas de vacunación de sus hatos contra el derriegue.

Para evitar casos de esta enfermedad es fundamental que los productores vacunen periódicamente a sus hatos, para que de esa manera sea menos probable que puedan contraer la enfermedad.

Los murciélagos o vampiros como generalmente se le conocen, son los principales portadores del virus de la rabia y cuando alguno de estos hematófagos se alimenta del ganado, si es portador del virus y este no ha sido vacunado, en cuestión de días se le presenta la enfermedad.

Ante esta situación se ha hecho énfasis en la importancia de que los productores vacunen sus hatos de manera puntual cada cinco o máximo seis meses para evitar que estén vulnerables.

Cabe señalar que los vampiros al tener unos colmillos filosos, cortan la piel de su presa y se alimentan de su sangre sin que estos hagan algo por protegerse, pues generalmente no se dan cuenta de lo que sucede.

Otra de las características del murciélago es que siempre regresan con el mismo animal del que se alimentaron y suelen beber la sangre en el mismo lugar de siempre.

Ante la amenaza latente de estos hematófagos es que a través de la Sagarpa hay un programa donde un grupo de profesionistas se dedica a la captura de estos murciélagos, y prácticamente tratan de abarcar las zonas ganaderas donde hay presencia de estos especímenes.

Para que los productores puedan acceder a este servicio que es gratuito, pueden solicitarlo directamente en esa dependencia o bien acercarse con los encargados de las capturas para pedirles el servicio.

Lo único que les piden es que mantenga en el corral al ganado y que se limpie alrededor para que al momento de poner las redes no se rompan.

Cuando se hacen las capturas, todos los hematófagos que caen, les aplican un tipo de pomada en la espalda y en el pecho para que estas a su vez cuando vayan a la cueva donde viven, al ser aseado por sus compañeros, estas también se mueran como consecuencia de haber ingerido ese medicamento que hace que se les coagule la sangre hasta que mueran.

Cuando cae una especie que es frutero o insectívoro, son liberados inmediatamente debido a que esos no representan riesgo alguno y cumplen con una importante función en la cadena alimenticia.