Oye Manolo, ¿me prestas tu shampoo?
Pero, ¿tú no tienes el tuyo?
Sí, pero el mío dice para cabellos secos, y el mío está mojado.
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En el cine, dos amigas hablan sin parar. Una señora sentada se da la vuelta y se queja de que no puede oír nada. Le responden: qué le importa lo que hablamos.