-Profesora, alguna vez me castigaría por algo que no hice?

-No Jaimito, nunca.

-Ah, pues que bien, ¡porque no hice la tarea!

– Querido, cuando nos casemos, compartiré contigo todas tus desgracias y problemas.

—¡Pero si no tengo!

— He dicho “después” de que nos casemos.