—Los nuevos vecinos son tan amorosos, él la besa, la acaricia, le hace arrumacos, ¿por qué tú no haces lo mismo?

Le responde el esposo:

—¡Pues, porque yo casi no conozco a esa señora!

***

— Mi esposo habla desde el más allá.

—¿Se murió?

—¿No, duerme en otra habitación.