Dos locos están planeando escapar del manicomio.
—Si la pared es baja la saltamos, ¿vale? Y si la pared es muy alta pues cavamos un hoyo.
—Entendido.
Y se van a escapar. A las tres horas vuelven muy tristes y otro loco les pregunta:
—Oye, ¿no se iban a escapar?
—Sí, pero no se podía. No había pared.