Tras el desayuno el esposo le pregunta a su esposa:
—Mi amor, si yo me muero, ¿tú llorarías por mí?
Y ella le responde:
—Claro, mi amor, si tú sabes que yo lloro por cualquier tontería.
***
Una señora le dice al esposo:
—Los nuevos vecinos son tan amorosos, se hacen arrumacos, ¿por qué tú no haces lo mismo?
Le responde el esposo:
—¡Porque yo casi no conozco a esa señora!