En el asilo de ancianos, le pregunta un abuelo a otro: —¿Por qué golpeaste a tu compañero de cuarto?

—Por abusivo.

—¿Por abusivo?

—Sí, usaba mis camisas, mis corbatas y mis trajes, y no me importó. Lo que no pude tolerar fue que se riera de mí con mi propia dentadura postiza.