Tía, fijate que me lancé al baile de “Los Duendes de Motul” en un pueblo y conocí a un machín bien guapo; la neta me enamoró con su “ verbo” y casi le digo que nos vayamos a lo oscurito, pero a la hora de bailar se empezó a mover bien raro, y sentí como si estuviera bailando con una amiga.

Cecilia Cauich

¡Ay, sobrina! Que se me hace que a tu “conquista” le truena la reversa. La neta era demasiado bueno para ser ver-dad; hoy en día, cuando uno se encuentra a un guapetón tiene que fijarse bien, porque si vas con un amigo seguro acaba con él y no contigo. Ni pex, sobrina, ya habrá otros, no tan guapos, pero que sí les gusta la papaya.