Fotografia de la Edición Impresa

Tía, tengo 20 años. Conocí a una doña, que no está nada mal, tiene unos 39 años. Empezamos a salir, nunca me contó que tiene hijos y está casada. ¿Qué crees? Me salió con un hijo de 18 años y con esposo. Me dolió el engaño, aún no puedo superarlo.

Santiago Dorantes

Sobrino, sí que me asustate. No entiendo el porqué de tu dolor. En todo caso, quien debe llorar la infidelidad es el esposo. Ya sabes, siempre he dicho aprovecha que carnes es carne. Además tienes todo el tiempo del mundo para recorrer, conocer amistades. Olvídate de la doña, no vaya a ser que el hijo y el esposo se entere, porque te partirán la mandarina en gajos.