Fotografia de la Edición Impresa

Tía, no sé cómo decirle a mi vieja que los granitos que le salieron en su boca fue por mi culpa. Es que le pedí que se baje por los chescos, pero mi gusanín andaba enfermo. Yo sé que se lo tengo que decir, pero cómo. Qué tal si después ya no quiere meterle al asunto.

Raúl Cardeña

Condenado chiquito, si sabes que el plátano lo tienes bien podrido, pa’ qué fregados le pides a tu vieja que lo muerda. Ni pex, tienes que decirle la verdad antes de que se le pudra el hocico. Así que aunque te tranqueen suelta la sopa y vayan de inmediato al doctor, si no es probable que se te caiga la porquería.