Fotografia de la Edición Impresa

Tía, hace poco me gradué de maestra y ya ando trabajando, pero la verdad es que ya estoy harta de los ingaos chamacos que no se calman. Siempre están echando relajo y no se callan. De en- cima, sus jefecitos no hacen ni “mayes” pa’ controlarlos. ¿Qué debo hacer, gorda?

Úrsula Tah

¡Ay, sobrino! Yo sé que eso de lidiar con chamacos está bien caón, porque así como lo vez, mis vecinas cuando quieren echar palo con sus machines, me dejan a sus dzirices pa’ cuidarlos. Yo lo que hago es darles chuchú pa’ que estén relajados y no anden haciendo sus diabluras, pero claro, está cañon que tu puedas ser madre nodriza.