Los Venados han sufrido en serio en los años recientes. La crisis de resultados, la ausencia de aficionados en las tribunas e incluso el valor que muchos jugadores, y técnicos, fueron perdiendo.

Pero poco a poco han ido levantando. Como nos cuenta Aldo Polo, capitán de los astados, no ha sido fácil. Y quizá ahora estar donde están les dé satisfacciones enormes a ellos, a sus familias y a sus fieles seguidores.

Más que una entrevista, se trata una charla amena en la que el hombre que asume el control en el campo, ayudado por otros, habla de sí, de su equipo, de sus compañeros y de los altibajos que han hecho sufrir a todos, a ellos, a sus familias y a los seguidores.

De una pesadilla a un final, si no fantástico, sí al menos para estar contentos…

Una temporada muy difícil, muy sufrida. Pero salimos adelante con el compromiso de todos mis compañeros. Ese gran reto que teníamos de salvar la categoría no cualquiera lo toma, no cualquiera lo asume con la responsabilidad con que nosotros la asumimos. Pero todos en el equipo hicimos algo: valorarnos mucho.

Y ahora, otra circunstancia en el Clausura. Del pozo al gozo…

“Ahora nos toca olvidarnos un poco del descenso, pero tenemos la presión de calificar, de estar en casa en el último partido. Qué mejor que cerrar aquí, con nuestra gente. Ojalá y Dios quiera venga mucha gente.

Al aficionado se lo han ganado con resultados.

¡Claro! A la gente te la tienes que ganar. No cualquier equipo se puede ganar a una afición así, que exige, que conoce. Ellos (los fans) se han dado cuenta, son inteligentes, la gente sabe que el equipo se ha roto el alma dentro de la cancha, eso es de aplaudirse, y se han ido sumando, ojala vengan muchos más. Serán bienvenidos.

Entendemos que al principio no confiaban en nosotros, pero qué bueno que ya estamos en comunión. Se agradece que nos hayamos ganado la confianza y esperemos ver al ‘Iturralde’ lleno, vestido de amarillo.

Cumplida la meta de salvar al equipo, ¿qué sigue ahora?

Seguir trabajando… Seguir metiéndole. Con la mira bien puesta. Ahora vamos con Zacatecas, que es sublíder, es uno de los equipos mejor trabajados en el Ascenso, en los dos torneos.

Pero aquí en casa, con nuestro clima, nuestra cancha, esperemos que se den las circunstancias. Esperemos también que se llene el ‘Iturralde’ para que pese nuestra localía.

Como capitán, ¿cuál es el trabajo para hacer que todos congenien?

Es una tarea difícil. Es muy complicado ser capitán en un equipo donde hay muchos líderes, jugadores importantes. Siempre tienes que poner el ejemplo, tratando de ayudar a tus compañeros. A veces falta un buen jalón de oreja, pero tienes que ser consciente de eso.

Me ayudan muchos que son capitanes con esa tarea, no la hago yo solo. Yo tengo el brazalete, pero también es importante resaltar el trabajo, el buen ambiente de los compañeros. Eso lo ponen todos.

Yo agradezco al ‘Profe’ por darme la confianza de ser volver a capitán. Pero reitero, aquí hay muchos, sin ellos no podría darse este logro.

El equipo está muy unido…

Sí, eso es definitivo. La unión, la fe que hemos tenido en nosotros, en Dios, el pensar en las familias, que lo han sufrido mucho. Porque en realidad ellos lo han sufrido. Y fe en los fieles aficionados, que también han sufrido con nosotros. Al principio eran pocos, ahora ya se suman mucho más. Esos que la han sufrido con nosotros, es la unión que nos ha caracterizado en compañeros, en directiva, en aficionados.

¿Lo mejor está por venir, no?

Por supuesto. Primero hay que pensar en Mineros, ganarles, hacer un buen partido y que la gente se vaya contenta para que, si Dios quiere, en la liguilla volvamos a tener el lleno.

Ya en liguilla es otra cosa.

Y si vamos a entrar a la liguilla, vamos a pensar en el campeonato. De eso estamos seguros.