Fotografia de la Edición Impresa

El fin de semana me puse una borrachera por el grito que a todo lo que se movía le tiraba. En eso vi a una extravagante mujer que me invitó a planchar, pero me pidió sólo por ditroit. Pero de tanto calor, me lleve una sorpresa gacha porque la “tipa” traía incluida unas sorpresas en forma de blanquillos que vienen en unos chocolates.

Gerardo Can

Sobrino, no me vengas a engañar. Porque eres muy de esos, que una vez borracho hasta las chanclas, tu cola te traiciona. Y bien lo dicen algunos sobrinos pucherines, la vibra se siente. Se nota cuando es puchero y no una mujer. Se me hace que traías unas ganas de comerte un taco de longaniza no te hagas.