Fotografia de la Edición Impresa

Gordis, fue tanta la emoción de planchar con mi novio que sin querer le hice puch hasta dejarle sus huérfanos como unos caimitos. ¿Qué puedo hacer? Tengo miedo de que la próxima vez ya no quiera conmigo por lo salvaje que soy en la hamaca.

Devora Naal

¡Ay, sobrina! Por más emocionada que estés esa no es la manera de rechinar el gancho de la hamaca. Imagínate que estés brinque que brinque y se reviente la soga; le harás puch a tu novio y esas ondas podrían salir disparadas y dejarlo castrado sin anestesia. Mejor aplica el “malix style”, es más seguro para los gumaros de tu novio.