Hasta en las películas de ciencia ficción o espionaje muestran que es posible ver lo que otros miran a través de unos lentes con cámara insertada. Este hecho llegó a la realidad, pero con los insectos, pues científicos se preguntaron qué era lo que veían y la manera en que lo hacían: descubrieron que lo ven de una forma completamente nueva en comparación con otros insectos.

El experimento se realizó con mantis, a las cuales les colocaron lentes miniatura de 3D, se las pegaron con cera de abeja. Después colocaron a los insectos frente a proyecciones tridimensionales de presas y a otro tipo de patrones para estudiar la visión del hombre.

Descubrieron que la visión de la mantis sólo funcionaba con imágenes en movimiento, mientras que la del ser humano funciona cuando hace coincidir los detalles de la imagen que ve.

La mantis no se preocupa por los detalles del objeto, pero sí puede seguir el movimiento sin importar si a cada ojo se le presentan imágenes distintas.

Estos hallazgos fueron publicados y podrían arrojar datos para un procesamiento visual más simple para robots.