Una joven se volvió loca. Decidió cortarse la mano izquierda intencionalmente, para convencer a cinco aseguradoras de que se había tratado de un accidente producido mientras cortaba leña.

Tres familiares acudieron a las cinco compañías a la vez, entonces la policía acudió a las viviendas de cada uno y hallaron la mano cortada que condujeron hasta el hospital con el fin de que los médicos la injertaran.

Pero los estafadores continuaban reclamando 432 mil dólares, sin embargo, las investigaciones dieron resultados y se descubrió que uno de los cómplices brindó a la víctima los primeros auxilios y la llevó al hospital dejando la mano en el jardín para que los doctores no tuvieran opción de injertársela.

Ahora los responsables se enfrenten a penas de uno a ocho años de prisión.