Todo comenzó una noche en que esperaba a mi esposo, quien llegaba a las 12 de la madrugada, cuando de pronto, me llamó la atención una mujer que gritaba desesperadamente por ayuda, por lo que me asome por la ventana, y vi que una vecina había llegado en un taxi, corrió muy rápido con su bebé en brazos hacía su casa. Me imaginé que había discutido con su esposo, y de pronto una mujer anciana de ojos muy claros me observaba muy siniestramente, lo cual me dejó paralizada del miedo.

Esa aterradora mujer no tenía pies estaba flotando, su mirada era tan penetrante que sentí que se me congelaron las piernas, no me podía mover ni gritar del terror que me invadía.

En unos cuantos segundos, la anciana ya se encontraba frente a mí, tan cerca que sentí su respiración en mi cara, tenía tanto miedo por mi niña, no sabía que podía pasar, en eso mi esposo llegó y me preguntó “¿Que estás viendo, porque estás tan atenta?” y fue entonces que pude moverme de nuevo; le conté lo que había sucedido y me dijo que no había nadie ahí, que solo me había visto asomada con la mirada perdida. Fueron solo unos cuantos segundos pero yo sentí como si hubieran pasado horas.

Al día siguiente le pregunté a mi vecina que si estaba bien y me dijo que si, que lo peor ya había pasado, me contó que unas calles antes de llegar a su hogar, una pertrubadora mujer la estaba siguiendo, por lo que le pidió al taxista acelerar y él accedió, pero aún así la anciana seguía detrás y no dejaba de verla. El taxista le comentó que aquella mujer era una bruja y quería a su bebé, por lo que le recomendó que al llegar a su casa, mi vecina se pusiera a rezar y se apresura a bautizar a su pequeño.

Días después volví a escuchar a mi vecina gritar tormentosamente, pedía ayuda ya que su bebé no respiraba, y a pesar de que lo llevaron urgentemente al hospital, el bebé ya no despertó. Los doctores le dijeron que el bebé había muerto por asfixia, despues de esa lametable tragedia, ella se cambio de domicilio.

A partir de esa oscura noche no pude dormir más, dormía en el día y de noche me mantenía despierta rezando. Había días que me despertaba gritando porque llegaban a mí intensas pesadillas.

Me puse a investigar sobre casos similares donde una entidad se alimenta de tu miedo y poco a poco te consume, yo decidí tratar de superarlo, me tarde años para volver a embarazarme por temor a lo ocurrido, pasaron los años, y volví a tener la dicha de ser madre.

El día en que bautizamos a mi bebé, mis amigos, mi esposo y yo vimos una escalofriante figura con piernas largas, cabeza pequeña, sin brazos y de color blanco brincando de casa en casa, todos quedamos pasmados ante aquella tetrica entidad.

Tuve miedo por un largo tiempo, pero traté de no suguestionarme. Gracias a Dios hoy mis hijos y yo estamos bien, aunque de vez cuando me llegan esos espeluznantes recuerdos que alguna vez me atormentaron.

He visto diversas cosas paranormales pero ninguna tan pertrubadora como aquella anciana, o más bien, una bruja.