Progreso.- José Jesús Cacéres Sandi, comenta que ha trabajo en el camposanto desde hace ya 45 años.

Durante todo ese tiempo ha sido testigo de un sinfín de acontecimientos, uno de los más dolosos fue en el año 1995, cuando el barco El águila Dorada se hundió, esta situación fue de gran pérdida para el porqué su hermano, cuñada, sobrina, tía y primos se encontraba ahí y perdieron la vida.

Otra de las cosas que comento fue que al día alrededor de unas 20 personas llegan a visitar a sus familiares.

Respecto a los trabajos dijo que ya no hay clientes fijos, sino que ahora todo es ocasional por ejemplo él se dedica a la reparación de sepulcros, los cuales le pagan alrededor de 100, esto incluye la pintura.

Habló también sobre experiencias paranormales y dice que una vez escucho que tocaban la puerta, abrió y no había nadie, esto le sucedió en la casa amarilla que servía como administración.