María Consuelo Chuc Medina, habitante de Tizimín; enfrenta un problema de pobreza extrema. Su marido es ayudante de albañil, y no siempre tiene trabajo. Lo poco que gana no les alcanza para sostener a los siete que son de familia.

Los hijos de Consuelo son cinco, de diez, nueve, cinco y dos años; además tiene un pequeño de siete meses de nacido. Cuando estaba embarazada de este último hijo, fue diagnosticada con alto riesgo; y dejó de llevar a sus hijos a la escuela desde el año pasado.

María comenta que Jhonatan; el hijo mayor es quien la apoya en el cuidado de sus hermanitos desde que dio a luz.

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La casa en la que viven es rentada, y no cuenta con luz, pues hace meses que les robaron la cablería. El único servicio con el que cuentan es el agua potable.

“Mi esposo y yo quisiéramos que los niños vuelvan a la escuela, pero no contamos con el recurso y por eso están trabajando” refiere Consuelo.

Jhonatan a sus diez años trabaja limpiando el terreno de al lado, donde le pagan 100 pesos.

Él mismo señaló que prefiere trabajar que estudiar, pues así al menos ayuda a sus papás para que puedan darle de comer a sus hermanitos.

Ellos viven en la calle 76 entre 21 y 23 en Tizimín, y se encuentran viviendo un verdadero drama a causa de la pobreza extrema, el padre de familia recién consiguió un empleo en Holbox y ahora María va a quedarse sola en la espera de que su situación pudiera cambiar.