Lanzado en 2006, el Día Mundial de las Aves Migratorias (WMBD) es una campaña de sensibilización, coordinada por ONU Enviroment, que se celebra anualmente y tiene como objetivo inspirar la conservación de las aves migratorias y sus hábitats.

Desde 2002 la Fundación Pedro y Elena Hernández, A.C., trabaja con otras organizaciones y el gobierno federal en la conservación del flamenco.

En 2014 tomó la iniciativa, junto con la academia y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conap), de conocer con mayor profundidad el ciclo de vida del flamenco del Caribe y así llevar al cabo esfuerzos de conservación mas eficaces.

Otras instancias que colaboran son la Secretaría de Desarrollo Urbano y Medio Ambiente del Estado, la UNAM, el Colegio de la Frontera Sur y el Cinvestav.

Esto para conocer con exactitud los patrones de migración de los flamencos a lo largo del año y ayudar a proteger la integridad ecológica de sus espacios de vida, buscando la viabilidad futura de la especie.

Hoy el Programa de Monitoreo del Flamenco del Caribe involucra a las Reservas de la Biósfera de Ría Celestún, Ría Lagartos, Los Petenes, Área de Protección de Flora y Fauna Yum Balam y las Reservas Estatales El Palmar, Dzilam y Ciénegas, además de manglares de la costa norte de Yucatán.

Se documentó la movilidad de los flamencos dentro de la Península de Yucatán y se busca ampliar este conocimiento mediante tecnología satelital. Se quiere conocer con exactitud los movimientos de la especie hacia el gran Caribe, para lo que a principios de año se instalaron cinco monitores en flamenco adultos.

Dentro del ciclo de vida del flamenco es de suma importancia proteger los espacios de reproducción.

De acuerdo con un comunicado, a partir de este año las autoridades federales establecen restricciones al acceso a las áreas de anidamiento en la Reserva de Ría Lagartos de abril a agosto. Si quiere visitar esta área, infórmese antes de viajar.

Actualmente los flamencos se pueden observar en los humedales de toda la Península a lo largo del año.

La mejor época para observar estas aves en grandes concentraciones es durante los meses de febrero y marzo en Reserva de la Biósfera de Ría Celestún.

Unificando nuestras voces para la conservación de las aves, se logrará un futuro para el flamenco rosa del Caribe.