Una lucha jurídica ha emprendido la comunidad de San Antonio Chel, en Hunucmá, ante la contaminación del agua y los suelos por la operación de una granja con ganado vacuno.

De acuerdo con información proporcionada por los asesores jurídicos de los vecinos de ese poblado, el 15 de abril pasado se interpuso un amparo y se señaló a diversas autoridades por permitir que opere la granja bovina, “con cientos de vacas que están contaminando el agua subterránea de la zona”.

Los habitantes de San Antonio Chel demandaron al Ayuntamiento de Hunucmá, a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y a la Secretaría de Desarrollo Sustentable, argumentando que incumplen sus obligaciones constitucionales en materia de protección al medio ambiente y de sus derechos como comunidad maya.

Durante el juicio, la Conagua reconoció que a la fecha no había otorgado ningún permiso para la operación de la granja. Esto querría decir, se indica, que no ha generado ningún tipo de control para este complejo que vierte agua con excremento de entre 500 y 900 vacas al sistema de cenotes bajo la zona, sin ningún tipo de tratamiento.

Desde el inició de las operaciones de la granja, los habitantes de San Antonio Chel se dieron cuenta que el agua empezó a oler mal. En un principio, buscaron entablar un diálogo con gobiernos y empresas responsables. Sin embargo, a pesar de promesas y acuerdos tomados que terminaron por incumplirse, la granja sigue operando y contaminando el subsuelo.

”Nos encontramos en una zona muy vulnerable a este tipo de actividades, pues la filtración del agua en el suelo contamina nuestros cenotes, que tienen conexión con grandes tomas de agua, mismas que son utilizadas para el consumo por la gente del pueblo”, dijo un vecino.

Amparo San Antonio Chel

Este martes 18 de junio el Juzgado decidirá si otorga la suspensión definitiva

Los permisos

Carlos Luis Escoffié Duarte y Guillermo Mario Solís Guillermo, abogados de la comunidad, señalaron que la información proporcionada por la Conagua y la SDS apunta a que la granja operaría sin todos los permisos. “El caso San Antonio Chel no es un caso aislado, es reflejo de un modelo de industria ganadera que amenaza el medio ambiente”.