Este 1 de enero de 2019 se cumple un siglo y medio de la fundación de “La Revista de Mérida”, cuyo nacimiento en 1869 marcó el inicio de lo que con el paso del tiempo se convirtió en lo que hoy es Grupo Megamedia, pasando por “La Revista de Yucatán” y Diario de Yucatán.


Conoce la historia

El 1 de enero de 1869, hace ya 150 años, vio la luz bajo el cielo yucateco “La Revista de Mérida”, una de las dos antecesoras de Diario de Yucatán, en el comienzo de un largo camino que desemboca en lo que es hoy la corporación de información, distribución y logística más grande del Sureste: Grupo Megamedia.

La otra antecesora del Diario es “La Revista de Yucatán”, que comenzó a publicarse en 1912, al año siguiente de la desaparición forzada por el poder público de “La Revista de Mérida”.

Fueron 12 años de existencia de “La Revista de Yucatán”, que transcurrieron entre grandes éxitos editoriales y publicitarios, pero también bajo frecuentes y duros ataques de los gobiernos a consecuencia del espíritu crítico y de denuncia que caracterizó al periódico cuando los actos de la autoridad así lo ameritaban.

Tras el violento fin en 1924 de “La Revista de Yucatán”, en hechos que también fueron alentados por las autoridades, surge al año siguiente Diario de Yucatán, que comienza a publicarse el 31 de mayo de 1925 y se mantiene hasta hoy a sus 93 años como periódico líder.

El 31 de mayo de 2000, con motivo de los 75 años de su existencia, el Diario publicó que “La Revista de Mérida” (1869-1911), “La Revista de Yucatán” (1912-1924) y Diario de Yucatán (1925) son la Trinidad que abarca la obra de don Carlos R. Menéndez González. “La Trinidad —tres cuerpos y un alma, tres cantos y una voz—, unida por un pensamiento que no cambia, por una acción que lo ejercita cada día, demuestra que los periódicos del señor Menéndez son uno solo divido en 3 etapas”.

En su origen, “La Revista de Mérida” fue una publicación bisemanal, de exclusivo carácter literario. Sus fundadores y propietarios fueron el jurisconsulto y poeta Ramón Aldana del Puerto, primer director, y su primo el literato Manuel Aldana Rivas, editor. Pronto se vuelve trisemanal y en 1870 se convierte en mercantil y noticioso.

Tres años después, en septiembre de 1873, Aldana Rivas anuncia la venta del periódico al licenciado Néstor Rubio Alpuche, quien se hace cargo de la dirección. Al año siguiente, el licenciado Gabriel Aznar Pérez se convierte en director.

En junio de 1878, “La Revista de Mérida” tiene nuevos dueños, los licenciados Bernardo Ponce Font y José Vidal Castillo, quien asume la dirección.

Por defender la independencia del periódico y la libertad de expresión, Vidal Castillo padeció las primeros, enconados ataques del poder público a “La Revista”, particularmente durante el gobierno del licenciado Manuel Romero Ancona.

En 1882, la publicación trisemanal se hace cotidiana y “La Revista” se convierte en el primer diario yucateco.

En 1895, el licenciado, poeta y dramaturgo Delio Moreno Cantón, quien entonces tenía 32 años de edad, adquiere la propiedad del periódico, apoyado por su tío el general Francisco Cantón Rosado, y asume la dirección.

Ese año fue fundamental en la historia de esta casa editorial porque fue cuando Carlos Ricardo Menéndez González, de 23 años, comienza a trabajar en “La Revista”, con el cargo de jefe de redacción.

El señor Menéndez inició su carrera periodística a los 18 años de edad, en 1890, y un año después, en 1891, fundó en la ciudad y puerto de Progreso los semanarios “El Faro” y “El Horizonte”. En el mismo puerto, donde vivió su primera juventud, fue colaborador de las revistas “Pimienta y mostaza”, “Mariposas” y “El Salón Literario”.

Antes de ingresar en “La Revista” colaboró con el general Cantón Rosado en calidad de secretario.

Hijo de los maestros cubanos Antonio Menéndez de la Peña y esposa Angela González Serrano, llegados de Remedios, Cuba, recién casados, en 1869, había nacido en Tixkokob, donde entonces residían sus padres, el 10 de mayo de 1872.

En el inicio del siglo XX, “La Revista” era ya la decana de la prensa nacional, el periódico más antiguo de México. En el transcurso de ese mismo año de 1900, don Delio Moreno Cantón trajo y puso en servicio la primera rotativa de planas cilíndricas y los dos primeros linotipos que hubo en Yucatán, inaugurando una nueva era en las artes gráficas yucatecas.

Seis años después, el 23 de noviembre de 1906, se publica el último número, el 5590, bajo la dirección de Moreno Cantón.

Carlos R. Menéndez, al frente de una sociedad anónima, compra la propiedad de “La Revista” a don Delio. En el primer Consejo de Administración de la nueva compañía editora del periódico el presidente es el licenciado Miguel Rivero Trava, el secretario Rodulfo Cantón Rivero y los vocales Isidro Mendicuti Ponce y el poeta Luis Rosado Vega. El señor Menéndez es el tesorero.

Al día siguiente, “La Revista de Mérida” publica su primer número bajo la dirección y gerencia general de Carlos R. Menéndez, que inicia así, a los 24 años de edad, su trayectoria de 55 años como director de periódicos.

El 26 de junio de 1909, en gira política contra la reelección de Porfirio Díaz como presidente de la República, viene por primera vez a Yucatán Francisco I. Madero y lo recibe en el muelle de Progreso, desafiando a la vigilancia policíaca y las represalias de la dictadura, un grupo de cuatro personas encabezadas por Carlos R. Menéndez, antiguo amigo personal de Madero.

Menéndez presenta a Madero, que no los conocía, a sus tres acompañantes: Tomás Pérez Ponce, Manuel Pastrana y el poeta y periodista tabasqueño licenciado José María Pino Suárez, aspirante a la gubernatura, también por la oposición. La gira concluyó el 4 de julio.

En septiembre, Carlos R. Menéndez y su secretario Felipe Carrillo Puerto asisten en San Luis Potosí al III Congreso de Periodistas de la Prensa Asociada de los Estados, donde el día 13, a iniciativa de ambos periodistas yucatecos, la agrupación dirige al presidente Díaz, y al gobernador interino de Yucatán, Enrique Muñoz Arístegui (el constitucional, Lic. Olegario Molina Solís, pidió licencia para desempeñar el Ministerio de Fomento en el gabinete de don Porfirio), sendos telegramas en que les piden la libertad de los presos políticos recluidos en la penitenciaría de Mérida con motivo de las elecciones de gobernador del Estado para el cuatrenio 1910-1914.

Muñoz Arístegui, candidato oficial, se enfrenta a los candidatos de la oposición, licenciados Pino Suárez, por el Partido Nacional Antirreeleccionista, apoyado por Madero, y Delio Moreno Cantón, por el Centro Electoral Independiente.

La pasión política se apodera de la campaña electoral. El gobierno persigue a los partidarios de la oposición, encarcela a numerosos y libra órdenes de aprehensión contra Moreno Cantón y Pino Suárez.

En su periódico, Menéndez defiende a la oposición y censura vigorosamente los actos ilegales del gobierno.

Pero el 10 de octubre el gobierno del Estado, con procedimientos arbitrarios, acusa de actividades subversivas a Menéndez, con motivo de sus editoriales, y ordena su detención. El director de “La Revista” se ve obligado a abandonar Yucatán y acogerse durante seis meses al exilio en Centroamérica, mientras pasa la furia de las persecuciones.

Pino Suárez, mientras tanto, huye de Yucatán, perseguido también por el gobierno, y se refugia en Tabasco.

El 4 de junio de 1910 estalla en Valladolid, contra la imposición de Muñoz Arístegui como gobernador, la rebelión considerada por Menéndez como “La primera chispa de la Revolución Mexicana”. El gobierno del Estado acusa a Menéndez y a Moreno Cantón de haber provocado la revuelta.

Antes de que concluya 1911 el gobierno de Yucatán se apodera por la fuerza de “La Revista de Mérida”, encarcela a su director, Carlos R. Menéndez, lo califica de “agitador de masas” y lo acusa del delito de rebelión.

Así, dos años después de haber salido al exilio en Centroamérica, acusado de conspirar contra la dictadura porfiriana para favorecer a la oposición maderista, Menéndez es recluido en prisión, la primera de su vida periodística, y despojado de su periódico por el régimen que encabezan sus antiguos amigos y correligionarios Madero y Pino Suárez.

De esa manera concluyen, con cárcel injusta y despojo arbitrario, los 16 años de lucha de Carlos R. Menéndez desde la jefatura de redacción y la dirección de “La Revista de Mérida”, en defensa de la verdad, la ley, el derecho, la democracia y las libertades públicas.

Controlada por el gobierno del Estado, entre 1912 y 1914, “La Revista” cambió su criterio independiente, se hundió en el desprestigio, en la ruina, y desapareció transitoriamente.

Una compañía anónima católica la rescató y publicó de nuevo, bajo la dirección primero del abogado y escritor Ricardo Molina Hübbe y luego del sacerdote y periodista Ramón S. Verdejo, pero, hostilizada por el gobierno, cerró definitivamente sus páginas el 4 de julio de 1914, con el número 8234, a 45 años y seis meses de su fundación el 1 de enero de 1869.