CHETUMAL.- Un feroz ataque de un perro de pelea de la raza American Stanford en Chetumal hacia una mujer a la que le arrancó carne, piel y parte de su vida, ha conmocionado a los que han sabido de este ataque, pero mas que el ataque del can, están conmocionados de la falta de sensibilidad del propietario del perro de nombre Edgar Darza Medina que hasta hoy NO ha brindado ayuda a esta mujer de ningún tipo por lo que ya se ve el asunto en el ámbito legal.

Los hechos ocurrieron el pasado 19 de noviembre del año pasado, cuando la mujer que tiene su vivienda en las calles Tlaxcaltongo entre Carranza y San Salvador de la colonia “Las Casitas” salió a depositar su basura como normalmente lo hace cualquier ciudadano. El asunto, es que su vecino posee este tipo de animales y dejo abierta la reja y el perro estaba ahí, y al ver a la mujer, el perro salio y se le abalanzo mordiéndole la pierna, pies, y brazos ya que se le quería tirar al cuello pero la mujer puso el brazo para protegerse.

Hoy, la mujer esta en el hospital aun convaleciendo de las heridas, esperando injertos de piel para poder tener la misma apariencia. Cabe mencionar, que su movilidad ha sido afectada por las mordidas del can.

Sin embargo, pese a lo aparatoso del ataque, el dueño de este perro Edgar Darza, se escondió cobardemente en su domicilio una vez hecho el ataque su perro, y metió al animal sin importarle que la señora estuviera desangrándose y pidiéndole ayuda por ser el dueño del perro.

Tuvo que llegar una vecina a solicitar la ayuda medica y el resguardo del animal, sin embargo el influyentismo de una persona en el municipio de OPB de nombre Maria Fernanda, que es la que tiene a su cargo la perrera municipal, evito que sacrificaran al animal que estaba en observación el cual por cierto mató a dos perros mas que estaban junto a el.

Para sorpresa de todos, el animal no fue sacrificado y fue devuelto a su amo, lo que ha indignado a los vecinos de la colonia las casitas en Chetumal, que temen que el perro que ya mordió a otras personas anteriormente, vuelva a hacer lo mismo y ahora con desgracia que lamentar.

El perro responde al nombre de Kloster como la cerveza que se vende en el mercado.