Llega un hombre muy consternado con el cirujano que opera a su esposa.
—¡Doctor, doctor!
—Sí, dígame caballero, ¿qué se le ofrece? —dice el doctor.
—¡Mi mujer tiene tres pechos…!
—El doctor contesta:
—Y quiere que le quite uno…
—No, doctor… ¡póngame otra mano! —le responde el esposo al médico.