Aspecto del operativo tras el asesinato de “Yauca”, ocurrido el lunes en Cancún

Gran tristeza causó en esta comunidad el asesinato de Alfredo Pech Borges, de 57 años de edad, popularmente como “Yauca”.

De acuerdo con lo que se averiguó, Pech Borges, oriundo de Kinchil, emprendió el viaje al vecino estado de Quintana Roo con toda su familia hace apenas una década, todo por ir en busca de una mejor calidad de vida para los suyos.

Sin embargo, el destino le hizo una mala jugada, pues el pasado lunes por la tarde cuando el hoy occiso chambeaba en el interior de una vulcanizadora que ubica en la avenida Francisco I. Madero, en la Supermanzana 70, justo frente al campo deportivo “Toro Valenzuela”, ahí en Cancún, un sicario descargó su arma de fuego en la humanidad de “Yauca”, quitándole la vida en un instante.

Aunque no se supo el motivo del crimen, extraoficialmente se dijo que fue un “ajuste de cuentas”, pues su jefe (dueño del local) hace unas semanas que había salido de la cárcel por delitos contra la salud (droga).

Todo indica que “Yauca” pagó los platos rotos, pues al que buscaban para darle cran, al parecer, era a su patrón.

La noche de ayer miércoles se esperaba la llegada del cuerpo. Según tienen contemplado sus parientes y amigos, la carroza fúnebre llegaría a las 10 de la noche en un predio de la calle 20 entre 25 y 27 de Kinchil.

Hoy en la mañana le darían sepultura en el cementerio de este su lugar natal.

Alfredo deja en desamparo a la viuda Geli Pérez Novelo, sus cuatro hijas mujeres y un varón, todos ya mayores de edad.