Doña Rosalba, ya no sabe qué hacer; ha llamado a las autoridades pero nadie le presta ayuda, mientras tanto su vecina compra orines para tiraselos a su casa

Dice que el problema comenzó desde hace cinco meses, Rosalba Z. es pensionada, viven en la colonia García Ginerés, en una casa heredada por su padre. El lío comenzó cuando supo que su vecina hizo una compra de orines “por internet”; y luego se los fue a tirar a su porche, el cual quedó oliendo muy mal.

Imaginó que era algo pasajero, pero ocurrió una y otra vez, y entonces decidió llamar al 9-1-1 y mandaron a un policía, quien habló con ella; pero la vecina negó todo y además presumió de trabajar en el Ayuntamiento, diciendo que no importa que la denuncien a ella nada le pueden hacer.

“Y si no le gusta, que se vaya y me deje su casa” le gritó al oficial, “Que vaya si quiere y que me denuncie, a mi nada me pueden hacer; trabajo en el ayuntamiento”, aseguró a gritos la mujer.

El oficial le dijo a Rosalba que levantara su denuncia; pero cuando llamó a la Fiscalía, le dijeron que no les correspondía, que debía acudir al Ayuntamiento.

Ha sido un calvario

Llamó entonces al Ayuntamiento de Mérida, en donde la Srita. Martha Cohuo le dijo que que tampoco era ahí, que llamara a Seguridad pública; a donde llamó y la respuesta que recibió fue: “Llame a la Fiscalía”.

Lo que pensó es que al escuchar decirles que “la vecina compra orines para tirarlos en su casa” pensarán que está fuera de sus casillas. Entonces tomó la decisión de poner cámaras para poder captar a la mujer haciendo de las suyas.

En efecto, pudo obtener imágenes por medio de sus cámaras; en donde a la mujer llegan en motocicleta a dejarle bolsas de orines, por las que paga, y las que posteriormente el hijo va y las riega por las paredes de doña Rosalba, quien ya no aguanta más la agresión y sobre todo el mal olor.

Ahora ha recurrido a compartir la información, para ver si a sus vecinos les da un poco de vergüenza y dejan de causarle molestias innecesarias, ella asegura que nunca se ha metido con ellos; pero que tampoco puede permitir que la sigan agrediendo así.

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Ha gastado ya mucho en la instalación de cámaras, la electrificación de la cerca, así como en montón de botes de cloro y desinfectantes para quitar el mal olor de los orines; que le tiran por todos lados, ahora como ya no pueden por la cochera, porque sale en las cámaras, lo hacen por otra pared; que incluso ya se ha puesto negra de tanta humedad.

A la mujer la apodan “La huacha” así la conocen entre los vecinos, quien de por sí es una mujer conflictiva y que según ella tiene contactos para comprar y vender predios en Yucatán, doña Rosalba cree que quizá quiere quedarse con el suyo.

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